martes, 5 de marzo de 2013

Maneki Neko contraataca después de clavarse un helado en FREDDO…!!!


gatosuerteDesde los Inicios del Tiempo, el Hombre ha intentado conquistar los imposibles: vencer a las fuerzas de la naturaleza, superar los obstáculos de la geografía, quebrantar las leyes de la naturaleza. Los grandes logros de la civilización, de un modo u otro, han sido el resultado de ir en contra de la lógica y la inercia. ¿Quiero hablarte y estás en la otra punta de la ciudad? ¡Oh, es imposible, es imposible! Ahí tenemos el teléfono. ¿Quiero dejarle un mensajito a gente que nacerá luego de que yo haya muerto? Pero, ¿estás loco? ¿A quién se le ocurre semejante despropósito? ¡Pum! ¡Allí están la escritura, la imprenta y el disco rígido, contradiciendo las conclusiones de la gente razonable! ¿Tengo 70 años y las leyes de la Selección Natural no desean que un viejo choto como yo me reproduzca? ¡Jodete! ¿O acaso queremos arriesgarnos a que nos salgan bebés con arrugas, mal de Parkinson e ideas de derecha? ¡Pues lo siento, hombre razonable: Viagrazo!

Por el contrario y en el lado opuesto, el azar, la magia, lo misterioso y todo eso que vas mas allá de la ciencia y la comprensión rozando el lecho de la creencia, la mística o simplemente la tradición, la raza humana ha creado un sin fin de objetos para atraer cosas demostrando que el ingenio del hombre es capaz de vencer todos los imposibles.

Quien en su infancia mas remota abandonada hace ya largo tiempo (no en mi caso, claro) no se ha topado en la casa de alguna vieja tía abuela poseedora de un par de pekinés asesinos espantosos, dominadora del crochet y la grapa de las cinco de la tarde, con esa porcelana barata con forma de elefante en cuya trompa redoblada sostenía un billete falso. Porque si, era falso. ¡Certifico! ¡Garantizo! ¡Pruebo la falsedad de aquel billete!. Y he ahí la ironía. Llamar la suerte financiera con una falsedad.

Y voy mas allá. Algunas tías mas extremas, no se conformaban con un elefante y tenían 3, en tamaño decreciente y ordenados arriba de una repisa. Cosa bizarra si los hay.

Otro objeto llamativo y espantoso ha sido ese muchachito cerámico, de ojos saltones, chulo y alforjas varias llamado equeco. Mas tradicionalista, reflejo del populacho social, menos oriental y mas arraigado a la cultura que nos influencia, lo mas llamativo era ese arte de fumar.

Misteriosamente al tipo se le colocaba el cigarro en la boca y en minutos se consumía, despertando nuestra pequeña admiración, pero con el respeto que se merecía tal espanto de esquinero mientras escuchábamos a nuestras viejas justificar la presencia de aquel oprobio del diseño decorativo afirmando la bondades de su honra.

Pero si algo debía romper las reglas de la estética, de lo armónico, de la belleza del hogar, de la calidez visual de un mobiliario es el gato de la fortuna, Maneki Neko o Zhaocai Mao.

Un objeto dorado, por así decirlo, armado del mejor plástico chino, de ojos saltones, arqueadas pestañas y gruesos labios que harían envidiar a Luciana Salazar. Adornado con un collar rojo y una pechera verde dándole cierto aire afeminado que asustaría al mismísimo Muscari.

Pero lo mas llamativo no es su estampa, sino ese movimiento casi perpetuo y de tinte burlón de su brazo izquierdo, similar al saludo nazi, (cosa rara el nazismo de izquierda) y claro, sus dueños. Porque tienen dueños. O sea. Gente que lo compran. Y he ahí, otra ironía, para llegar a la fortuna hay que invertir. Porque el gato no es gratis y la fortuna, como todo, tiene su precio. Y por detrás de él se esconde un monopolio gigantesco que disfruta sus millonarias ganancias basada en la venta industrial de estos pequeños y horribles felinos de estantería.

Y ya no es cosa de bazares, galerías chinas, o negocios familiares pequeños, sino mas bien a crecido corporativamente al punto de insertarse en lugares impensados.

Es que en mi reciente viaje a Salta, el “Chopping” parecía el Jardín Botánico de Buenos Aires. Lleno de gatos. Por donde lo quieras mirar.

Así que reflexionando sobre este horror, sugiero colocar este objeto en el puesto Nº 2 de las cosas mas horribles que jamás tenes que regalar a alguien si realmente lo queres.

El Nº1 se lo dejamos a cualquier disco de Ricardo Arjona, que ronda la misma categoría que el Maneki Neko con la ventaja de que este ultimo no canta (Gracias a Dios.)