miércoles, 24 de noviembre de 2010

¡¡¡ Campaña de Bien Público anuncia triunfo sobre la mediocridad arquitectónica !!!


images Para todas esas multitudes armadas con antorchas, picas, hachas y tridentes que andan por ahí reclamando todavía cierta sutileza a la comuna de San Salvador les voy avisando que no es cuestión de cortar cabezas, quemar a las brujas en la hoguera y andar crucificando cuanto arquitecto o encargado de decorar la ciudad este dando vueltas por allí.

La violencia no sirve. Genera mas violencia. Por ejemplo, supongamos que el hijo de puta del vecino saca su perro y el can me caga la vereda, y no, discretamente, digamos al estilo de un Caniche Toy, cuyos excrementos suelen ser míseros. No. Se trata de unas de esas razas que mas que perros parecen terneros y que por deducción a mayor tamaño del can, mayor es el tamaño de su deposición. Lo correcto es que yo tome los desechos y se los ponga en su vereda, o que se lo revolee por la cabeza. O que envenene al perro. O al dueño. Claro, esta acción generaría la ira de la Asociación Narices Frías, una secta amante de los animales (que para ser sinceros para mi tienen un “temita” ahí con los perros, pero bueno… es otra historia).

Entonces la acuidad y la argucia se transforman en la llave maestra del éxito personal sobre la conquista de los salvajes precarios y mutantes hijos de un troll en decadencia. A las bestias no se las combate con la fuerza bruta, sino mas bien con la omnipresente inteligencia de un gran estratega conocedor del campo de batalla, evitando bajas (en especial la mía) y logrando el ansiado triunfo.

Resulta ser que luego del escrache mediático sobre el temita de las publicidades municipales en lugares públicamente incorrectos , sin derramar sangre, con unas fotos y el uso de una red social, el guerrero armado del buen gusto y la espada sana de la critica constructiva ha llegado a la cúspide abatiendo la mediocridad profesional (porque hay profesionales de la mediocridad también. Les dan titulo, se estudia y todo eso) de gente que les faltan cinco para el peso y en vez de ponerte una bacha en la cocina te ponen un inodoro o cosas así. Digamos, el que nace para pito, nunca llega a corneta, en fin…

Ayer cuando pasaba por la esquina de Lavalle y Belgrano me doy con que han retirado la evidencia publicitaria que días antes habían instalado en las rejas de la Basílica San Francisco de nuestra ciudad, algo espantosamente increíble y sobre todo si viene de gente que estudia muchos años, el como y donde poner las cosas para hacer de nuestras vidas, algo mejor.

En fin, Señores, esto es una campaña de bien publico.

¡AY LA JUNA GRAN SIETE 1 – MEDIOCRIDAD MUNICIPAL 0!

viernes, 19 de noviembre de 2010

¡¡¡ Etiqueten a la gente que todavia sigue siendo gratis y divertido !!!!


Por algún motivo, hay quien se siente un COMPLETO LIBREPENSADOR diciendo “no me gusta etiquetar a la gente”. A mí, por el contrario, me encanta. ¿Qué sería del conocimiento humano sin la ciencia de la clasificación y la etiquetación? ¿Qué sería de la gente que es “medio así y un poco asá” sin un Carl von Linneo humano que les ponga su rótulo y les explique cómo son?

Si por mí fuera andaría por la calle con etiquetas, etiquetas de verdad, compradas en la librería escolar del barrio, para pegárselas a la gente y así los extraÑos puedan estar Adveritidos de sus características negativas. Por ejemplo, “Carente de Mentón”, o “Enfermito de la Inseguridad”, o “Simplemente Energúmeno”, o “Espectador de Danza Contemporanea” o “Psicóloga de Sesenta aÑos con voz Ronca”. o “Ensanchador Frustrado de Veredas”. Claro, el riesgo es que alguien me etiquete a mí, pero he pensado en evitar esto consiguiendo la exclusividad del servicio -después de todo, yo tuve la idea primero.

Toda esta introducción para presentar la largamente anunciada -y requerida por ustedes, mi querido público -clasificación de Comentaristas Facebookeros:

EL TROLL CLáSICO: Un caso arquetípico, desesperado por necesidad de atención y autoafirmación. Para ello recurre a todo lo que tenga a mano, desde agresiones personales, chistes hirientes sobre gente recientemente fallecida y declaraciones racistas a un amplio guardarropa de alias que va intercambiando para defenderse a sí mismo o crear confusión. Comenta unas cincuenta veces por día ya que es o desocupado o Ñoqui y con la energía que gasta en buscar qué le duele a su interlocutor se podría generar electricidad para un pueblo pequeÑo. No hay forma de ganarle: como en la película De Origen Desconocido, donde un hombre luchaba contra una rata monstruosa, uno entiende que, tal como lo expresaba el exterminador de la historia, la rata tiene todas las ventajas Usted, además de luchar contra ella, tiene que trabajar, obligaciones, atender a su familia. La rata puede dedicar las 24 hs. del día a joderle la vida y es lo que hará. En resumen, es un subhumano, no tiene principios morales ni límite ético alguno y tal vez sea estéticamente repugnante.
Se dice que hay que matarlos con la indiferencia, pero nada los mata. En blogs con moderación, recomiendo banearlos sin piedad. Pero en realidad, la eliminación física es lo único que los detiene.

EL TROLL SENSIBLE: Se trata de una ligera variante del anterior. En este caso, el tipo pasa semanas y semanas jodiendo a sus semejantes, pero a veces el propietario del perfil se le ocurre contestarle en los mismos términos que usa. Y en ese caso, se ofende, se ataca y comienza una campaÑa constante y diaria de agresiones y de difamaciones en otros espacios, que culmina con el aburrimiento propio y ajeno.

EL INSULTADOR COMPULSIVO: Entra una vez, dice una sarta de barbaridades y amenazas de muerte y no vuelve nunca más. Es relativamente inofensivo debido a su estrategia de debut y despedida, pero a veces es inquietante el odio con que se expresa, y nos preguntamos si será alguien a quien le habremos quedado debiendo guita.

EL OMBLIGO DEL MUNDO: El hombre cree que uno se acuerda de absolutamente todo lo que le han comentado, cómo, quién y cuando, y coloca mensajes que dicen algo así como “che, contestame lo que te dije el otro día” o “¿por qué no publicaste mi comentario de la semana pasada?”. El autor se confiesa completamente impotente ante este descompensado, porque la respueta más sincera es “no tengo la más pálida idea de lo que estás hablando”, pero encuentra que eso pude llegar a ser ofensivo. Sea como sea, el tipo es tan egocéntrico que probablemente sienta que cualquier respuesta lo deja insatisfecho.

EL MAESTRITO CIRUELA: Se dedica a corregir a otros comentaristas. Lamentablemente, si se limitara a errores de concepto podría ser hasta enriquecedor. Pero que intente corregir errores de sintaxis y ortografía en un medio esencialmente embrutecedor como el Internet es incomprensible; como un maestro de buenos modales que intente explicar qué cubiertos se usan para el pescado frente a un grupo de náufragos.

EL POLéMICO: Se trata de un hombre culto, aunque no tan culto como él cree o eligiría otros campos de batalla. Se empeÑa en una discusión a muerte con cualquiera. La discusión no se centra en un tema determinado, sino que cada respuesta suya se ramifica en veinte cuestiones irrelevantes más, hasta que el Universo es la discusión y la discusión es el Universo. Lo más razonable y lógico sería dejarlo que opine y punto, pero su reacción es, o bien considerar que ha ganado (y hacértelo saber) y con él todo el ejército de personas que piensan como él y que deberían dominar el mundo, o seguir insistiendo en un duelo personal como si fuera el único interlocutor de la página; si no seguís discutiendo con él, se enoja; Si le seguís discutiendo, te acusa de autoritario (basado en esa estupidez de que disentir es ser .intolerante.) y a veces hasta se ofende, como el .Troll Sensible.. Si tratás de tomarlo con humor, te dice que no te lo tomás en serio. Si te ponés agrio, te dice que te tomás todo muy en serio. Es completamente pesadillesco. 
En este caso recomiendo hablar con su psiquiatra y pedirle que le aumente la medicación.

EL AFICIONADO INSEGURO: Este no es tan malo, pero sí tiene una característica entre graciosa e irritante. Aparentemente, le gusta la página, la lee todos los días y es un seguidor recurrente. Pero lo manifiesta a través de frases levemente hirientes, creyendo que de lo contrario será visto como una especie de “groupie” y su frágil masculinidad se vendrá abajo como un castillo de naipes. Es una especie de estibador intelectual, que cree manifestar su cariÑo a viriles trompadas. Pero si uno se defiende, pasa de ser un estibador a una muchachita histérica, que te acusa a vos de egocéntrico y al resto de los comentaristas de chupamedias. En resumen, es insoportable, pero también da penita porque sus relaciones personales deben ser un infierno; imagino las barbaridades que le debe decir a sus novias de corta duración.

EL COMPLETO DESPISTADO: Entra para otra cosa, por ejemplo, buscando datos sobre el Big Crunch o el Movimiento Perpetuo y pide que por favor le manden información sobre el terma, creyendo que del otro lado de las páginas de Internet hay alguien. A veces se da cuenta de que ha entrado al lugar equivocado, pero en lugar de enojarse consigo mismo, se enoja con uno, como si se metiera en la casa del vecino y le dijera .¡Pensé que esta era mi casa, la próxima vez pongan un candado más fuerte, banda de idiotas!.. En otras ocasiones, entra cien veces buscando lo mismo y se indigna de que no le hayamos solucionado su monografía.

EL HABITANTE DE LAS PROFUNDIDADES: No se entiende qué quiere, porque se expresa en un proto-lengua mezcla de mesnaje de texto y dialecto de alguna urbe latinoamericana indeterminada. Sus mensajes suenan algo así como .Pinche la wea ke t chingda madr te la ksi pinga la raja t 2 pajina cabrón.. La ventaja es que como no se termina de entender si el mensaje es elogioso o insultante, podemos pensar lo que queramos.

A propósito, le mando un saludo al “Polemico” de esta semana, que al terminar esta nota dirá “!ah!, una estrategia para que nadie te haga un comentario negativo, por suerte estoy yo, que no me como ni la punta”.

Con los demás está todo más que bien.

martes, 16 de noviembre de 2010

¿Es acaso la normalidad inversamente proporcional al indice inflacionario?


¿A donde fue a parar la gente normal? ¿Se exiliaron a Marte y no me avisaron?¿Acaso se hundieron como la Atlántida en los vastos mares del recuerdo y la anécdota tipo “¡Hijo, ¿sabes? hace mucho, mucho tiempo, había gente normal como vos y yo viviendo en un mundo normal!” y ahora han desparecido? Porque así como Haley Joel Osment veía gente muerta en “Sexto Sentido”, a donde sea que miro, yo veo gente anormal, no se, con problemitas particulares, gente medio medio turuleca.

Dejemos a un lado a los anormales mas notorios, como los locos del psiquiátricos, los criminales y algunos dementes. Descartemos asesinos, violadores, ladrones, motochorros o gente acusada de corruptos aunque muchos no lo están todavía y se mantienen en el anonimato. Gente famosa del medio artístico como actores, músicos o gente famosas en general que si no son bulímicos, le dan a la cirugía estética, al alcohol o a las drogas para inspirarse, desayunan ginebra con un salame picado grueso a las 7:30, o le dan a un coctel de fármacos para entrar en sintonía con la realidad y eso tampoco es muy normal que digamos.

Descartemos a los policías, la guardia urbana y algunos gendarmes, que generalmente se ve que están como sobrepasaditos de peso y eso tampoco es bueno, el colesterol y los triglicéridos no son normales, bueno en algunos si, pero no tanto, o mejor dicho, no te lo recomiendan. En el otro extremo, los fisicoculturistas, los instructores de gimnasio y los jugadores de rugby tienen su dosis de anormalidad. También esta la gente de divorcios escandalosos, los maridos infieles, las mujeres bomberos, los solterones alcohólicos, los amantes de motos BMW (porque parece que ahora es el re cool tener una moto bmw y toda moda es anormal) y los millonarios que por una cuestión de matemáticas debería ser considerada anormal. Descartemos a la gente pobre, que, pobre, no es culpa de ellos pero viven una vida medio desagradable. También la clase media, porque todos con los que hablo son de clase media pero te das cuenta que muy, muy de clase media no son, sino mas bien, clase media alta, porque tiene auto nuevo, vive de vacaciones por lo menos tres veces al año, dos mucamas, una niñera para cada hijo y eso no es para decir ¡Que bruta, que normal es esta familia!

Dentro del ambiente laboral también veo gente anormal. Y quizás en demasía. Con el paso del tiempo uno descubre  las manías como la de “amar a los arboles”, tomarse unas cuatro tazas de cafés solo en el medio día. El grado de psicosis ya sea por la limpieza o el desorden, los que no pueden dejar de ir al baño a cada rato, los que llegan tarde o los que son puntuales por lo que son serios candidatos a la anormalidad. Y ni hablar de los familiares, que ya la psicología moderna ha demostrado que son los culpables directos de nuestros problemas y que gente tan siniestra como ellos, no pueden ser normales.

Ni hablemos de los amigos o nuestras parejas que cuando los conoces, parecen normales como uno, pero a medida que transcurre el tiempo y los vas conociendo manifiestan algunos signos preocupantes de anormalidad, como por ejemplo, inundarte de cadenas de mail sobre lecciones de vida, sobre cuestiones divinas o pornográficas. O andar pintando avioncitos de juguetes, dejarse lamer la cara por el perro o besarlo en el hocico, o lo que es peor, tejerle un chaleco de lana. O sino los que arman un arsenal con armas de airsoft, los que bailan  salsa con camisolas rosadas y mangas avolantadas, los que le ponen escarpines al gato, o lo que es peor, los que tienen una tortuga. Las obsesivas de las carteras y los zapatos, las medias de nylon, los yogurcitos light, no se, que se yo, me parece re anormal.

Y cuando hablas de política, es como hablar de la religión también. Están los que aman al gobierno de turno y están los que lo odian. Mientras unos piden diez monumentos para Néstor, los otros piden que se muera un par de veces mas para sonreír. Están los que defienden las marchas, y los que no marchan. Los gremialistas y los que los odian, que a veces tienen ganas de hornearlos vivos, en fin, la gente esta desorientadisima, por no decir boluda (¡bueh! lo dije). Y tampoco la pavada del que te dice “¡No estoy de acuerdo pero los entiendo!” o “¡Lo que pasa es que hay que escuchar las dos campanas"!”, ¡ahí!, ¡bien al medio!, bien, bien promedio, tan justo que da asco. Estar en el centro también es anormal.

También están los abuelos, que detrás de su tierna imagen paciente, equilibrada y pacifica, esconden a un asesino serial de gallinas o patos que solían decapitar con sus propias manos para después dejarlos correr hasta que el cuerpecito del ave perdía los reflejos. O tu propio viejo que llevaba vivo el chancho de Navidad para descuartizarlo en el patio de la casa mientras el porcino chillaba como un condenado. Claro… .Y bueno, che, vivía en el campo.. ¡Pará, loco, pero vos te das cuenta de lo sanguinario que hay que ser para descuartizar un chancho! .Y bueno, qué te creés, que la costillita de cerdo viene así de fábrica. ¡Y no, loco, pero yo la compro así y eso es re normal! .Uh, qué maricón, si tuvieras que vivir en el campo te morirías de hambre.. ¡Y, por ahí sí, pero moriré normal!.

Y eso que todavía no mencione a los médicos (que ven sangre y granos), a los abogados (ven a los criminales, bueno o a otros abogados), los contadores (ven evasiones fiscales), los bancarios (que ven plata todo el día y eso para mi es re anormal, digo, ver plata), al diseñador de la contratapa del Tribuno, los fotógrafos (que son medio enfermitos, sobre todo los que hacen desnudos), los meteorólogos, ingenieros e hipnotizadores. Los serenos, los acomodadores de cine desocupados. A Don Yatiri (el único que tiene pacto con el diablo) o la maestra Paola, los que llevan la palabra de Dios puerta a puerta, los calvos, los canosos, las meretrices, los camioneros, los maestros de matemáticas, los futbolistas, los ginecólogos, los dueños de cyber, los funcionarios, los tipos disfrazados para eventos infantiles, los sicarios y los profesores de ballet.

En fin…¿Es acaso la normalidad inversamente proporcional a la inflación? ¿Donde están mis iguales?

lunes, 8 de noviembre de 2010

¡¡¡ Ahora resulta que Facebook es un nido de iletrados, incultos e ignorantes innegables !!!


twitter Bueno, mi gente me informa que los usuarios de twitter son re cultos y que los de facebook ¡ bueo! ¡ya ti bua visar!. Además de hacer hincapié en la cultura, también llegaron a la conclusión de que los twiteros tienen mejor pasar económico que el resto de los mortales usadores de facebook.

Lo primero que me cuestione fue mi permanencia en este sitio decadente, nido larvario de la inculta popular y la mediocridad mundana socialista de gente que les preocupa mas, no se, ponele un Boca – River y el choripan de la salida, que la exposición de Rembrandt o la investigación del verdadero significado de occipucio. Ya tenia las valijas, hechas, armadas; porque es como una mudanza, ¿viste? cuando dejas la villa o el monoambiente y te mudas al country o al loft de Belgrano y Otero, la vida de uno ya no es la misma y no se puede mirar hacia atrás. Twitter me esperaba con la alfombra roja, una limousine, dos secretarias privadas y un Martini con dos aceitunas. Todo lo necesario para la vida humana con éxito y taquilla personal.

Pero, bueno, después, como que hice un click y me di cuenta de que mi vida es maravillosa, que tengo trabajo, que soy un miembro útil en la sociedad y que puedo ayudar a mejorarla, o sea, trabajando y encima de lo que me gusta (si, si, porque me gusta todo), que gracias a Dios pude canjear mis dólares antes del corralito, no como esos pobres diablos que salieron a la plaza con la cocina entera, así que la vida me sonríe y todo re bárbaro. Así que desistí como para darle una manito de elite a algunos iletrados.

Pero después se me cruzo en el Facebook una tal Dominga O. que puso en su muro “Espero que mañana vaje el calor” e hice otro click. Y después apareció Ernesto J. H. que dijo “Agan otra a fin de añoooooo. Ke Buenaaaa” y otro click. Y después viene Carlitos E. y manda “No se dicimula nada” y otra vez otro click y otro, y otro y otro hasta que se me salta la térmica y me doy cuenta de que todo es una bazofia inmunda, que el mundo esta perdido, que debería volver la Inquisición y que el fuego tiene virtudes purificadoras.

Después de eso, hice otro click que me dijo que no puedo andar quemando gente por ahí porque escribe “salbaje” o “aliansa” porque podria afrontar cargos penales y es mas complicado enseñarle a escribir a un reo que a un estudiante de secundaria.

Así que bueno, veo si arreglo mis honorarios con el CEO de twitter, salvo Marquitos Zuckerberg haga uso de su supuesta inteligencia comercial y trate de retenerme en su sitio para darle un toque de nivel académico tentándome con una cifra de cinco ceros. O bueno, por lo menos que me pague el choripan a la salida de Astros.

Miren la Geometría con cuerpos desnudos. Nada que envidiarle a una orgia.

viernes, 5 de noviembre de 2010

¡¡¡ Macabras reflexiones después de un encuentro con el Loco del Cigarrillo Piromaniaco !!!


Quemada ¡Bueno, bueno! Y llega el fin de semana, ¡Gracias al Dios bendito! y también a un par de cabras negras que sacrifique en la sala de reuniones de mi lugar de trabajo para que me liberen de este despiadado lugar antes que me consuma en mis propios jugos.

Resulta ser que la ventaja de trabajar en el sector tabacalero, no es precisamente la de disfrutar las ganancias que produce el tabaco, sino mas bien padecer, por ejemplo, el efecto cámara de gas de los fumadores cuyas manos amarillentas por culpa de la nicotina, nos retrotrae a las viejas épocas de la segunda guerra mundial.

Entre otras cosas, el contacto permanente con los agroquímicos deja al libre albedrio, el comportamiento esquivo y poco equilibrado de algunos productores. Balbuceos, babeos, gorgoreos y no como pajaritos, escupitajos y otras manifestaciones cuasifantasmagoricas dignas de un guion tipo “El Exorcista IIIVIVIVIVVIAEIXIX” o algo así.

Resulta que entre el agobiante calor y la fluida asistencia de gente, entra uno. De mirada vidriosa cuyas pupilas algo dilatadas (no se que consume) y con gorra típica de fertilizante o taller mecánico, mostachos enaceitados por el humo del cigarro, camisa leñadora arremangada, piel curtida y manos engrasadas y un cigarro entre sus dedos. Ya de entrada, mi titulo de medicina ilegal me habilitaba para percibir que el señor algún problema de visión debía tener. Había pasado por alto el cartel de “NO FUMAR – ESPACIO SIN HUMO”.

Con cierta amabilidad de un cromañón me solicita la deuda, tarea que velozmente paso a efectivizar demostrando eficiencia locuaz y mordaz en mis quehaceres laborales, como siempre, como un buen ciudadano tra-ba-ja-dor de clase medie, especie que hoy en día, en peligro de extinción. Es por eso que procedo a dar la orden pertinente de bits, bytes y megabytes a mi estación de trabajo para imprimir lo antes pedido.

De pronto la armonía liberal de lo que anticipa un día viernes se ve interrumpida por una oleada candente e hirviente de brasas criminales de algo que me incinera la espalda, el cuello, la oreja, el cuero cabelludo y otras partes pudendas que prefiero no mencionar, por lo que me veo obligado a actuar, o sea huir de aquel lugar de fuegos infernales.

En un principio pensé que se trataba de algún seguidor de la secta de Eduardo Vázquez y que había querido incendiarme sin ningún tipo de remordimiento. Pero luego me percataría de la realidad ocurrida.

Como lo había mencionado, digo, ese problemita de presbicia, miopía o quizás una severa catarata aguda, el señor productor en mi oficina había intentado deshacerse de lo que quedaba de su cigarrillo. Seguramente que en aquellos tiempos remotos de la escuela primaria, el don habría sido un gran lanzador de figuritas, por lo que opto por lanzar desde su silla y de un certero tincazo, la colilla candente por la ventana, distante a unos…. ¡a ver!…¡espera que mido!… ¡¡¡mmm!!! ¡ya! ¡distante 2,15 de distancia!. La idea era valiosa, juvenil, inocente y hasta con cierto aire de salvajismo colegial, salvo por un pequeño detalle.

Estaba cerrada.

Fue ahí entonces que producido el lanzamiento, el proyectil fogoso procedió a estrellarse en el vidrio violentamente, de la misma manera que revienta un cascarudo en el parabrisas de un BMW,  para reventar en miles y miles de pequeñas y asesinas brasitas endemoniadas que saltaron a quien suscribe la presente, ubicado, claro a un costado de la ventana.

Treinta y cinco minutos después de revolcarme en el suelo y lograr apagar mi propia fogosidad no planificada, procedo a aceptar las disculpas de este cristiano para despedirlo y advertirle de lo peligroso que es dormirse con un cigarrillo encendido en la mano.

Me retiro este fin de semana entonces, a auto aplicarme estos ungüentos blancos para curar mis quemaduras de Quinto Grado.

¡Sean felices y tengan buen sexo!

miércoles, 3 de noviembre de 2010

¡¡¡ Experto en supervivencia revela secretos para zafar de las obras de teatro plomos !!!


beso Muchas veces, y digo muchas porque generalmente abundan este tipo de acontecimientos, Ud. habrá asistido a una obra de teatro para demostrar que es un/una/lo que  hombre/mujer/travesti-lesbiana-gay-afín que se rige por los estándares básicos culturales y que quiere bañar su intelecto con una buena dosis de actuación en tablas.

También habrá sido victima inocente del vox populi, de la cadena de rumores o del boca en boca por la cual se ve como casi obligado a asistir al teatro a ver una obra muy, pero muy recomendada por la humanidad para no caer luego en el deshonroso y humillante bochorno de no tener argumentos a la hora de una charla típica de cena de fin de semana como “¡che ayer fui a ver “Tres Estatuas Vivientes y una Mujerzuela” y la verdad me impacto cuando una de ellas se movió para orinar!” o “¡¡Que bajón cuando la actriz se desnudo, tenia tanta celulitis y estrías que me dio cosita!!”, llevándose la ingrata sorpresa de que a los cinco minutos de iniciada la obra, la sensación presente es mas a pegarse un tiro y desaparecer del lugar que seguir presenciando ese martirio escénico.

Claro, mi pregunta seria que necesidad tiene uno de ir a ver una obra de teatro. Ya suficientemente complicado es ir al cine y ahí por lo menos uno no se arriesga a que los actores le escupan cuando hablan. Tampoco menciono el importante olor impregnado a encierro que uno adquiere durante la proyección.

Lo recomendable ante esta situación seria retirarse inmediatamente, pero esto, lamentablemente depende en primera instancia, de que intensidad puede tener la iluminación del escenario a la hora del escape para pasar a ser solo una sombra siniestra y huidiza que abandona el barco ante el hundimiento inmediato e irreversible. Aquí el anonimato es fundamental dando al escapista cierta dignidad y preservación de la identidad.

La ubicación también es importante y esto debe saberse desde los primeros tiempos de la escuela. Los mejores lugares estaban al fondo. Los perejiles iban adelante, los nerds, los chicatos y los sordos. En el teatro por pelear un ticket de primer fila de la platea, el cristiano queda expuesto a la mortificación total y/o parcial del bodrio de la misma manera que quedo expuesto el Talón de Aquiles en la batalla imposibilitando que uno, por la aparición de la vergüenza, pueda huir del lugar.

En este caso lo único que le queda es entregarse a la conocida técnica del “Up-Down” también conocida como “ A.R.I. o Asentimiento Repetitivo Inconsciente ” que solo consta de dos movimientos, el A y el B. El movimiento A, hacia abajo, se da cuando uno ha caído violentamente en las garras de Morfeo, y el B, cuando uno se despierta violentamente y con un humor de perros, producto del movimiento A. Esto se repite varias veces dando una sensación de asentimiento y aprobación de la profundidad y el  porque de la histeria compulsiva,  los gritos  y los mechazos que se autoaplica la actriz en el escenario o del actor semidesnudo que declama frases sobre el poder, la hipocresía, la libertad y la democracia.

Atrás, en cambio con un poco de conocimiento en Jiu-jitsu y entrenamiento en el Arte del Escabullimiento Ninja, uno podrá desaparecer sin ser visto silenciosamente por las cortinas del fondo para desaparecer en las sombras de la noche (si es que hay cortinas, sino una garrocha para saltar la tapia de la sala o del multiespacio). Esta técnica oriental es poco recomendable si Ud. ha decidido acompañar a su hijo a ver una obra de títeres o a ver a Piñón Fijo. Seguramente su hijo notara su ausencia. Ya vio como son los niños de hoy. Además esta actitud roza el divorcio y posibles castigos judiciales. Técnica apta para cumpleaños plomos, reuniones de trabajo densas, conferencias, asambleas, espectáculos de danza contemporánea (que suelen ser muy anestésicas y mi escasa materia gris para la comprensión del movimiento epiléptico – mal parkinsoniano no me permite apreciarla) y otros.

Lo complicado es si se esta sentado al centro ya que la distancia entre fila y fila es algo estrecha requiriendo precisión quirúrgica en el momento del escabullimiento, caso contrario podría darse el rozamiento accidental de su nalga en la cara de, por ejemplo, la esposa del Sr. Ministro de Justicia o pisarles los pies a la dueña de la sala y ser desterrado de por vida del lugar.

Y para finalizar, la situación de riesgo clase 7 seria que se caiga a un unipersonal de mala muerte, donde el único espectador es ud.  Esto es un viaje sin retorno, no hay vuelta atrás ni escapatoria alguna. Una vez que se pisa la entrada de la sala o el teatro (o la vereda en algunos casos), se esta hasta la manos porque todos se transforman en testigos oculares de su única presencia. El acomodador, el boletero, el iluminador, el sonidista, el escenógrafo, el maquillador, todos lo han visto.

En este caso, lo único que queda es el uso del implante molar de cianuro a los cinco minutos de iniciada la presentación, dígale al actor/actriz “¡Me emocionaste hasta la médula!” y encomiende su alma a San Rafael.