miércoles, 27 de abril de 2011

¡¡¡ Expertos determinan que la felicidad no es mas que un camionero grasoso de Moyano !!!


bromas1 Y ahí estaba yo. Esperando que doña Felicidad me tocara la espalda en el momento menos pensado y que me envuelva en los mantos de su sabiduría ignota y algunos "non-sanctus" encantos místicos como lo son sus 7 hermanos pecados capitales (porque no hay felicidad que no involucre a ellos) mientras todavía yo peleaba entre las sabanas y la almohada con las primeras lagañas secas del Sábado.

Pero el destino y los dioses del Olimpo me tenían un cachetazo preparado, que despabilaría mi insomne deseo de la dicha llevándome a la cruda, fría y casi apocalíptica realidad.

Doña Clara Felicidad, mujer (quiero creer que es mujer) a la que esperaba ansiosamente, no era una bella morocha simpática de senos turgentes y grandes ojos negros seductores. Tampoco era una gorda melenuda con gigantes ruleros, envuelta en un batón floreado con un rosario en su cuello, bolsa de mercado en mano. Tampoco estaba encarnada en una dulce niñita, simpática de sonrisa angelical con vestidito rosa y trenzas adornada con trabitas de Kittys; que pedía a este fiel servidor de la comunidad una ayuda para cruzar la calle en esta  embodriada ciudad en plena hora pico. Mucho menos era la tía abuela que me venia a traer mi tan ansiada pastafrola de los domingos para malcriarme.

Ni siquiera era un castigo oculto en tamañas dimensiones para el vil mas perdedor del universo, como podría ser, no se, un fofo camionero de grandes mostachos medio amarillentos por el tabaco, bermudas floreadas, camiseta malla blanca con enormes manchones de grasa mecánica ( o mayonesa, o jugo del asado del año pasado o del tinto del festejo del Día del Sindicato Nacional que no se cuando es) y enemigo publico de la ducha mas corta del planeta.

La felicidad, señoras y señores, había optado por presentarse, en el primer día de competencia, en su formato mas férreo, diabólico y metálico jamás imaginado por el ser humano del sexo masculino tentado por una competencia de semejanzas bíblicas.

Adornado con unas rueditas gastadas y ruidosas y un gran mango rojo publicitario la bendita y ya, a esta altura de la narración, popular  sra. Felicidad; no había tenido mejor idea que aparecerse como un verdadero carrito de Carrefour.

Es que el desabastecimiento ocasionado por la crisis financiera hogareña, la inminente invasión de polillas y uno que otro pariente sorpresa de esos que uno no espera, habían complotado la aniquilación y el exterminio total de nuestras reservas  alimenticias en pocos días y a fin de mes, donde no solo cunde el pánico de la Gripe A, el dengue, la malaria, la lepra sino también la nunca tan bien llamada crisis.

Pero como yo, que busco la sabiduría no solo en la felicidad que es algo somero y simple como un gorgojo de poroto ni tampoco en las grandes obras de la humanidad (porque son demasiado largas para mi) sino en pequeñas síntesis espontaneas como "Gracias a Dios que es Viernes" y en cuyos ... A ver... Espérenme un poquito... Ya esta... En cuyos 24 caracteres se resumen todas las angustias, preguntas, respuestas y mínimos destellos de esperanzas del hombre moderno he decidido no rendirme a tal hazaña e inmiscuir mi viciosa y gran nariz en un mundo artificial lleno de placeres sin nombres.

Desgraciadamente y antes de lanzarme de lleno a la risa franca, a la degeneración recreativa y al abrazo con Clarita Felicidad, debo pasar en un acto de mea culpa y reflexión sobre una tarea que nos demuestra cuan miserables somos en el paso por este mundo: Ir al supermercado.

Esta pequeña tarea domestica que implica una sucesión de una amplia gama de estados anímicos como la ira por el santo berrinche de los hijos, el aburrimiento de controlar precios, el estrés de no encontrar las cosas, la ansiedad por llegar al ultimo tarrito de dulce de leche en oferta y el dolor de cabeza por la volatilización de nuestros escasos ahorros hace que la gente de allí, no se, sea mas fea.

Y el infierno no termina ahí. Cuando uno piensa que el martirio se ha acabado, ha terminado y que las llamas del caldero de Lucifer han sido extintas con el matafuegos de la liberación, nos damos contra la pared mas dura de todo esto. La cola que uno hace para pagar.

Pero gracias a esta maquinaria de la creación divina o biológica formada por huesos, células y mucho colesterol, todavía tengo una gran arma para luchar contra el infortunio creando un sinfín de juegos mentales. La imaginación.

Es así que decidí con la complicidad de mi hija internarme en el mundillo de la diversión infantil Pro Búsqueda de la Felicidad Gratuita y de Oferta en el sector Bebidas y me dedique de lleno al colocado de artículos excesivamente caros dentro de los changuitos huérfanos, esos changuitos que uno suele abandonar mientras mira el precio del Mendicrim, o de la paleta cocida y lo caro que están los fiambres. Todo esto hasta ser descubiertos por un hombre de mal humor y feo. Pero admito que basto un simple "¡Disculpe! Pensé que era el mío..."

En acto seguido, la adicción y la búsqueda de la felicidad se siguió en el sector de los enlatados, con el arrancamiento indiscriminado de esas etiquetas alarma, un papel vil y traicionero con algún metal delator disfrazado de portador/indicador de precios que al pasar por la puerta nos buchonea que estamos "hurtando" tal u otra cosa; la cual puede ser dejada en el piso para que la pise un desprevenido peatón en calidad de cliente, o simplemente y con el sigilo de un agente secreto, adherirla en el saco, la campera, tutu o bufanda (aprovechando el momento frio) del mismo para que active la sirena al pasar la puerta. Cabe destacar que dicha situación entrega una buena dosis de adrenalina sin costo alguno.

Mas tarde aplicamos el psicoanalisis. A intentar descifrar los grandes misterios de la humanidad.  Observando los productos que la gente deja abandonada en el costadito de la caja, justo ahí donde están los chocolates, las maquinitas de afeitar y los chicles. Porque la gente no lo deja así como así, la gente, primero disimula, oculta y muy lentamente y haciéndose la sota, de la misma manera que el infante oculta su cagada al romper el vidrio de un pelotazo, deja de lado el producto.

Por ejemplo ¿que drama personal, que infinita cantidad de miseria, frivolidad o problemas de pareja se esconde detrás de ese pela papas con cepillo, esa caja de cereales sin azúcar, el desodorante "deportivo" que yacen tirados allí?

Pero el momento cumbre, la cúspide, el momento gloria alcanzado por Clarita Felicidad y quien suscribe la presente se dio al final de todo este trajín. No por la adquisición satisfactoria de un tubo de papas frita Pringles, sino porque a la hora de pagar todo lo adquirido en el local y ante la advertencia certera y mordaz de la cajera que con voz vigilante dijo "¡En tres pagos con tarjeta tiene recargo"!, el conjunto de números binarios (o sea 0 y 1) unidos en una simple instrucción de programa, había decidido corresponderme de una manera sorprendente al hacer caso omiso a tal advertencia y gratificarme con el perdón divino del NO COBRO DE INTERESES EN TRES PAGOS CON TARJETA MASTERCARD.

Entonces, señores, señoras ¿que nos queda sino revolcarnos en el piso del éxito y ser felices por haber escapado, una vez mas, del sistema ingrato de esta economía inhumana que nos absorbe día a día como un estudiante primario a su sachecito de dulce de leche o miel? ¡ Que vuelva Tato Bores!

viernes, 8 de abril de 2011

Secretas y tiernas confesiones de un MP4


_ ¡Marti! ¿Me prestas tu mp4?

_ ¡Si pa!

Jamás me imaginaria la sorpresa que me llevaría luego.

Y es que en muchas ocasiones, en diversos momentos de nuestras vidas, nos preguntamos sobre cual es nuestra misión aquí, en esta vida, en esta calesita rodando del día a la noche, de la noche al día.

Martina había accedido a prestarme su mp4, regalo que le toco recibir por una buena culminación de su 4 “B” y por ser el deseo de ella poseerlo.Lo uso un par de veces en algún viaje, otras tantas durante su estudio. Cosas de deseos infantiles, de querer, de la moda si se quiere, como un celular o cualquier otra criatura cibernética que la tecnología se encarga de conectar en nuestras familias.

“Hola soy Marti y estoy muy agradecida con mi mp4… Que ahora estoy grabando mi voz…  así que muchísimas gracias a mi papa, chau.”

La grabación a nivel de pruebas no solo había comprobado el buen funcionamiento del dispositivo, sino también había verificado mi teoría con la cual defiendo de alguna manera el accionar de los niños y sus sentimientos con respecto a sus padres.

Y es que el amor tiene su grado de inversión. Pude percibir en este mensaje, el lado oculto de su sentimiento, que a maneras de escondidas y confesiones personales de la niña, muestra en su agradecimiento digital. De valor inconmensurable tanto por su gran espontaneidad como su gran anonimato, rozando la timidez de enfrentar y exteriorizarlo para compartirlo. Y en el se esconde aquella sensación de la criatura de sentir libremente, sin condicionamientos, como los que se generan cuando un papa o una mama pregunta cosas como “Hijo…¿me queres?”. situación chantajista y de índole extorsivo que los adultos a veces nos encargamos de fomentar en los niños. Cosas de padres. Cosas de hijos.

Pero el tiempo será nuestro aliado. O nuestro enemigo. La claridad de nuestros actos como padres, nuestro nivel de comprensión, de charlas y sobre todo ser un buen “compañero” de nuestros hijos dará sus frutos mas adelantes, cuando ya de grandes, con sus alas listas para desplegarse, sabrán expresarnos a ciencia cierta aquella pregunta que todos nos hacemos durante el transcurso de nuestras vidas.

“¿Somos buenos padres?.”

Hasta ese entonces, está en nosotros pura y exclusivamente ser los dadores de amor, de contención, de orientación, de guía de acuerdo a nuestras primitivas concepciones sobre la vida y lo que suponemos se debe hacer con ella. Total al final de este camino, el premio mas alto, el resultado mas esperado podrá estar ahí aguardándonos para confirmar la certeza del acierto o en otros casos, quizás mas dolorosos, el sello del error y la derrota.

Pero mientras tanto el juego continua. Los rulos crecen, el carácter se forma y la ideas de una nena somnolienta de jardín han quedado en la caja del recuerdo, adornadas con telas rosas, moños sedosos y sus primeras manchas de crayón en un papel para dar lugar a la picardía infantil preadolescente, con sus retobes acostumbrados, donde comienza ya mostrar los inicios de una independencia inmadura sedienta de guía que nos busca y nos llama en silencio.

Así será entonces mi destino de llevarla hacia adelante, con la convicción de los buenos actos y las buenas decisiones, entre sus grandes risas blancas y sus grandes lagrimas cristalinas, para que ella sepa elegir su propio destino el día de mañana.

Hasta ese entonces, la misión continua.

viernes, 1 de abril de 2011

¡¡Expertos determinan que dejarse extraer las espinillas es medio flojito, flojito !!


barro Luego de una ardua deliberación a distancia con el Sr. Pablo Aguiar sobre las virtudes y defectos que tiene la, para mi, asquerosa tarea de extracción de impurezas cutáneas de inocente presencia en distintas partes del cuerpo, he llegado a la conclusión de que la mujer, en algún rincón inhóspito de su alma tiene encubierta a una salvaje fiera criminal serial cuya obsesión es, justamente, el placer por el apretamiento de epidermis ajena con sus filosas garras.

Pero antes, deberíamos retrotraernos a nuestros mas inocentes recuerdos de primaria, donde la hombría del infante se media a golpes de puños, patadas y manotazos en casos extremos de poca practica pugilista y donde nosotros no éramos mas que un molino de viento girando los brazos sin sentido defensivos ni coordinación alguna. Pero esta demostración de macho cabrío en crecimiento en épocas sin Danonino ni Actimel se veía opacada por un flagelo extraño, desconocido, mudo, certero, fino, delicado y mas ponzoñoso que una viuda negra. ¡Si señores! ¡Hablamos del popular y silencioso pellizco femenino! Aquella vieja arma de dolor incalculable que algunas de las niñas vecinas del grado nos aplicaba en la parte mas tierna de nuestro brazo. La sensación de adormecimiento primario con el posterior síntoma de ardor pavoroso (que dicho sea de paso podía durar mas de 24 horas) y el enrojecimiento candente de la piel era el típico flagelo del día.

Seamos sinceros. La técnica del pellizco es tan letal como el arma silenciosa de Jef Costello (Alain Delon) en “El silencio de un  Hombre” pero con cierto grado de traición, ya que nuestra atacante solía venir de atrás o los costados sin posibilidad de defensión de nuestra parte.

Hecha la aclaración sobre los orígenes salvajes, casi primitivos y desmedidos de esta practica usual, en la actualidad, el arte de la presión cutánea ha tomado otros rumbos. Entre ellos, el del embellecimiento facial y la limpieza epidémica en general. Propia o ajena. Con o sin consentimiento.

Ahora, ante la incógnita de si dejarse extraer las impureza por la mujer, esposa, novia o amante es de bien bien, bien hombre, machote tipo "Duro de Matar 1, 2, 3 y 4" por soportar el dolor o es de muy, pero muy nenita, maricarmencita, nenita de mama, por querer tener piel de bebe, surgen las siguientes probabilidades a tener en cuenta. El lector sabrá en cual encasillarse.

Hombre de Puro y Solido Adamantium Modo “Wolverine”: Cuando el hombre esta semidormido, generalmente al amanecer y un día de fin de semana y se es atacado por la espalda. El hombre se comporta lisa y llanamente como roca madre. No se inmuta. No balbucea. No abre los ojos ni emite sonido alguno, lo que genera cierta molestia en la mujer que potencia sus dedos índices en una unión mortal sobre la piel. Usa el tiempo como medicina para cicatrizar las heridas en el mas noble de los silencios machos. Mas tarde desfila al carro de choripan mas cercano y se come una docena, claro con los aditivos necesario como mayonesa, picante y chimichurri para recuperar lo perdido.

Hombre de Hierro “Schwarzaeaeennegeerae” Modo Terminator: Cuando el hombre con la frente en alto dice a su mujer “No” ante la petición de la fémina a someterse a tal oprobio carnal. Dicha la ultima palabra, el hombre recibe honrosamente las recriminaciones femeninas que indican que verse así es espantosamente horrible y que no tiene perdón de Dios salir a la calle de esta manera y que le da vergüenza ajena.

Hombre de Hierro ““Schwarzaeaeennegeerae” Modo Depredador: El sujeto no escatima nada en el uso de recursos de camuflaje e intenta el arte de la desaparición ninja cuando en el aire huele la mas mínima intención de caza por parte de su depredador, la mujer, quien busca desesperadamente por todos los rincones de la casa a su victima. La mujer pega alaridos rugientes desde la copa de un ficus en el patio al no tener éxito.

Hombre de Hierro “Stallone” Modo Rambo 1, 2,3,4: Cuando el  hombre dice “No” pero la mujer hace caso omiso a tal cosa y ataca sin perdón de Dios al individuo que aguanta el sorpresivo ataque sin suspirar, ni fruncir el ceño, ni morderse los dientes o cualquier otro gesto que insinúe el mas mínimo dolor. Pasada la tortura, el hombre va al baño, desarma una bala calibre 9 mm. y con la pólvora cicatriza las heridas cortantes.

Hombre de Hierro “Stallone” Modo Rocky Balboa 1, 2,3,4: La mujer desafía al cónyuge. El acepta. El dolor se hace realidad. La mujer pellizca una y otra vez. En el hígado. En el pómulo. En la frente. Los riñones. Los pellizcos desfilan uno tras otro quebrando la defensa del hombre, que casi sin fuerza intenta algún tipo de sortilegio psicológico como pensar en otras cosas, rezar un Ave María, cantar el himno nacional. Esta contra las cuerdas, sin arbitro, sin toalla y madura el K.O.. Cuando las fuerzas parecen abandonarlo, se saca de encima al oponente para respirar libertar. Triunfa y al final dice con la cara toda hinchada “¡Te amo!”

Hombre de Plata “Dr. Jeckyll y Mr. Hide”: Cuando el hombre tiene por pareja a una revendedora de productos cosmeticos como Avon, Amodil, Via Valrrosa y de manera docil y diligente, esta usa al hombre como conejillos de indias para probar las propiedades de cremas y ungüentos extraños para limpiar la piel. Ante el fracaso del mismo, cambia notoriamente de actitud sacando la bestia que lleva dentro y procede al mas antiquísimo método gremial del apriete. El hombre no puede escapar de las garras hasta que misteriosamente, la mujer vuelve a la mansedumbre y no recuerda nada.

Hombre de Estaño “Martin Lawrence” Modo Big Momma’s House: Bajo la apariencia dura de un hombre de barrio cualquiera se esconde una tierna niña. En principio niega someterse a la tortura, pero luego acepta. No conforme con esto, accede a usar luego alguna crema exfoliante, esponjas vegetales, cremas rejuvenecedoras, reafirmantes, de limpieza, suavizantes y cuanta crema ande rondando por la casa.

Hombre de Raso Robin Williams Modo “La Jaula de Las Locas”: Adicto al peróxido de benzoico, el hombre es pellizcado pero por él mismo. No interviene ella. Usa mascaras faciales de pepinos con palta durante la noche. Toma baños de leche, vino, yogurt, salsa de soja, se chocolatiza, usa piedras milenarias, masajes, limpiezas orientales y usa esponja vegetal todo el día. Se alimenta con menu ortomolecular. Experimenta con cuanta cosa ande por ahí. Toma líquidos. Mucho. Evita la comida chatarra. El dermatólogo es su ángel de la guarda al cual acude ante la mínima aparición de un cuerpecito extraño en su rostro. Tiene un espejo redondo de mesa. Bolsito de cosméticos. 

Y mejor le voy aflojando la Barrocutina que no es un dulce.