jueves, 19 de marzo de 2009

La Maldición del Rodete Renegado (Día 2)


Jumper Embarcado en esta nueva y casi engañosa trampa, la de dirigir este habitáculo y luego de despedida a la señora mujer en la terminal como corresponde, con la frente en alto y el saludo mano derecha a la sien, esta aventura ha dado comienzo. Debo admitir que mi gesto patrio no fue muy bien visto por un grupo de hippies pestilentes adornados con baratijas que suelen llamar artesanías y ese repugnante aroma a pachuli, por lo que me vi obligado a retirarme apresuradamente del lugar.

Ahí estábamos mi retoño y yo deliberando el poderío mental en un psicológico juegos de miradas penetrantes para ver quien aguantaba mas y definir quien llevaría los pantalones de ahora en adelante. Lamentablemente mi gastada cornea y mi ya casi endurecida pupila irritome (si es que así se dice) el ojo. Resistí lo mas que pude hasta que un doloroso calambre del parpado izquierdo me sumergió en la triste derrota.

Así comenzó la semana, con las tempranas y atípicas actividades como la lucha encarnizada por convencer a mi pequeña niña de casi 32 kilos de levantarse. Ya el hecho de cargarla hasta el baño como una bolsa de arena para la trinchera, se tornaba complicado. Salvo por algunos gritos debajo del agua en el lavabo del baño debido a la prolongada inmersión en agua fría, todo sucedió como esperaba.

Despierta ya y algo molesta por mi descuido, me advierte que el jumper no estaba planchado y tenia algunas arrugas rebeldes.

Sorprendido por la aparición de un nuevo y desconocido sustantivo procedí a buscar en el diccionario la extraña palabra mencionada minutos antes sin que tuviera resultados positivos. Es así que tuve que desistir y solicitar apoyo lingüístico a mi pequeña e sabionda niña.

Una ves entendido el significado de la prenda tome conciencia de cuanto había cambiado el mundo, pues lo mío fue el delantal y el uniforme. Procedí al planchado, si, domino al 100% el arte del combate de las arrugas, aunque admito que vérmelas cara a cara con cada “tablita” de la prenda (porque tiene tabla, eso me dijo mi hija) fue algo complicado y bastante difícil. ¿Lo mejor del día? El nudo de la corbata. Con ojos cerrados y la precisión de una navaja suiza y el lustrado de los zapatos escolares.

Hoy no hay grapa. Ni ginebra. Eso me altera un poco. Pero no importa. Estoy preparado para soportar esto. Salimos a paso redoblado con destino norte hacia el gran templo del saber donde los educandos a día forjan su personalidad recibiendo los principios básicos de convivencia como son el respeto, el orden y los valores en pos de ser mejores personas.

Llegado al sitio, retiro totalmente lo dicho.

Un grupo de infantes con la actitud de enanos cocainómanos enloquecidos me arrollan el pie izquierdo con unas asesinas mochilitas de variados colores, tamaños y motivos a rueditas. Otro grupo de avanzada, me atropella, me empujan y me terminan arrinconando contra el marco de la puerta. "¡Che bolu! ¿viste? Anoche la sole, ¡Bolu! se quedo en ciber chatiando con el mauro ¡Bolu! y este le corto el rostro ¡Bolu!” exclamaba a los gritos una supuesta alumna mientras revoleaba la trucha de un extremo a otro de su boca para , masticar algo, no se, no creo que sea tabaco.

Como si esto fuera poco, algunos padres actúan de la misma manera por lo que me tienta aplicar el uso de la fuerza y darles un par de castañazos para que entren en razón. Necesitaba un reconstituyente en calidad de rápido o tendría que presentarles a mi primo hermano, Juan José Uppercut para que se encargue de disciplinar a la “peonada”, no se sin me entienden.

No quise quedarme mas, o la cosa se pondría áspera, así que me retire velozmente del lugar antes de causar algún estrago. Además el día recién comenzaba y por delante tenia toda una agenda de tareas domesticas. Si señores, si, ríanse graciosamente como un par de nenitas jugando con Barney o Sportacus en la esquina de Lavalle e Independencia, pero estamos en el siglo XXI y un hombre bien bien hombre debe encargarse de sus asuntos personales domésticos en vez de esperar que la mamita le caliente la lechita, les sirva la papillita y les plumeree con talco la colita.

Sepan que a veces los hombres nos divorciamos, o a veces no tenemos metálico para la tipa que limpia y uno se debe “encargar” el trabajito con la misma profesionalidad de un asesino a sueldo, limpio y silencioso.

¿Lo del Rodete? Todavía había tiempo y faltaban unos días. Mis rudas manos habían decidido practicar la noche anterior, mientras mi hija dormía, con un pequeño objeto de plástico de curvas sinuosas con extremidades superiores e inferiores y una abundante cabellera artificial que halle en su cuarto. Creo que es una… una… si… ¡Eso! … mi lenguaje viril me impide mencionar esa palabra.

Me retiro ahora, la cera me espera. Si hay alguien ahí afuera, traiga una ginebra, la necesito. El opio también esta escaseando.

Cambio y fuera.

miércoles, 18 de marzo de 2009

La Maldición del Rodete Renegado (Día 1)


Ahijuna  Levantado tempranamente como corresponde al hombre de la casa, encargado del sustento a diario de este cuartel llamado hogar, donde lentamente y a medidas que pasan los días, debo enfrentarme a los diversos casos de deserción de los cadetes inexpertos a las responsabilidades adquiridas sin contrato de por medio; es que procedo al preparado del desayuno diario que consta de un merecido café con leche, tostadas, algo de manteca para proteger la capa de grasa y como un beneficio extra un par de cucharadas de mermelada. Un lujo del amanecer servido en vajilla de losa y aluminio, toda mezclada, sin que tenga que preocuparnos la apariencia.Cantada “Aurora” previo izado de bandera  y ya sentados en la mesa la tropa y yo, es que la Cabo Primera Farfán da sus primeros indicios de sedición y sublevación ante la autoridad con unas cortas palabras.

“Me voy a Córdoba”

Opte por tranquilizar mi furia militar dejando de lado el café con leche y buscando debajo de ese maldito rincón debajo de la escalera, la vieja botella de ginebra llave, pero la maldita estaba mas vacía que un cargador de M-16 en Vietnam. No importa, no fue problema desquitarme con una bebida inferior como lo es el Singani Casa Real.

Suspiro, murmuro, transpiro, trago saliva, carraspeo y toso, repentinamente me atraganto por murmurar y suspirar al mismo tiempo, pero salgo del apuro dándome un fuerte golpe en la boca del estomago. Supervivencia I: Como escapar del “Submarino” Etapa Inicial del cuerpo de infantería.

No conforme y casi en confabulación de extrema socialista, típica marxista, se me levanta la pequeña salvaje con voz astuta y llena de picardía apoyando la retirada de la madre a la ciudad mediterránea con estas palabras:

“¡Pero vos antes de irte! ¡Tenes que enseñarle al papa a hacerme el rodete para danza!

Con el corazón lleno de angustia ante tal endemoniada petición de apariencia macabra , el temor se me apareció delante de mi de una sospechosa forma de redecilla aparentemente tejida cuando me di cuenta que estaba en un verdadero aprieto. Pensé en un instante que mi aprendizaje de memoria y con ojos cerrados de “Arte del Mar – Nudos y otras oleadas” podría servirme, pero cuando tome la enciclopedia pude darme cuenta que mi mujer me miraba ligeramente molesta y con poca señal de aprobación de la idea. Solo se le movían minúsculamente algunas pestañas enviando un mensaje fuerte y claro, en código Morse, que desistiera de tal cosa.

Un hijo nacido de las filosas y precisas tijeras de los Hermanos Chañi, peluquería de antaño que liquidaba hasta el pelo mas rebelde acercando el corte al popular “casquito” y aplicando para la contención inmediata de la masa capilar, cantidades industriales de Glostora, Lord Cheseline o en el peor de los casos para esos pelos púas quirquinchos, limón; había sido desafiado cara a cara con esta nueva tarea.

Esto se había transformado en un verdadero coctel explosivo donde yo debería conjugar armoniosamente tacto, calculo, muñeca (algo que definitivamente no tengo salvo para disparar mi magnun), deducción, conocimiento básico mágico-religioso para pedir cordura y santa paciencia viril al Señor Omnipresente y a todos los dioses egipcios, capacidades – aun no relevadas – de sicario y la terrible adicción al opio que en casos extremos me saco de apuros en Kuala Lumpur.

Aquí quedaba yo, a cargo del cuartel por la próxima semana, encargado de la manutención, la educación, la limpieza y la pronta restauración del orden en este tres ambientes.

Me retiro a merendar mi grapa.

Cambio y fuera.

martes, 17 de marzo de 2009

Mediaticas confesiones de mediados de Marzo.


Luego de evadir a la multitud durante todo el mes de Enero y de evitar ser adornado por las paganas vestiduras que el pujllay intentaba colocarme durante todo el mes de Febrero para que lo acompañe en sus andanzas por el resto del 2009, vuelvo nuevamente cumplir con mi contrato laboral con la editora y casi dueña de este pasquin casero.

En realidad tuve que abandonar mis vacaciones al recibir esa carta documento, pero bueno, son gajes del oficio y hoy en dia ya nadie esta a salvo.

Digamos que en Enero, mucho mucho para contar no hay, resaca de las fiestas, alcohol en abundancia, pirotecnia, luego la vacaciones, el mundo huye desesperadamente como si fuera que el año tiene solo medio mes de duracion, hacia los lugares paradisiacios donde hay arenas, playas, tragos exoticos y uno que otro chorro que te desvalija hasta el alma.

Febrero ocurre igual, pero esta vez salen los maniaticos depresivos que todavia no han podido salir en enero, como el resto de la masa, entre aires carnestolendos, fiestitas criollas, serenatas y afines. Abarrotandose desesperadamente en los diversos centros turisticos donde aparte de chocarse entre ellos, pisarse la toalla, pelearse por una sombrilla, no hay mucho mas para hacer.

Estamos en Marzo. El mes bandera. El basta. El mes ¡¡Señores!! Se acabo la joda, pilas!! produzcan, laburen, movilizen la maquinaria laboral!!.

Los que se quedaron vuelven a encontrarse con los que salieron de vacaciones. Comienzan de nuevo las marchas, los cortes, los paros, las manifestaciones. Digo esto porque tambien ellas se han tomado vacaciones.

Asi que aqui vamos de nuevo. He vuelto. Teman. Señores. Teman.