viernes, 23 de junio de 2006

Tardes de Invierno.




Tardes de otoño, sabores de invierno.
Lentamente el sol se dirije a su casa en el oeste pare reclinarse nuevamente ante la presencia casi esperada de un nuevo aterdecer.
Resplandecen, por ahora, los rayos salvajes de la vida calentando la sangre.
Brilla con picardia, filtrando sus caricias entre las pocas hojas secas de los arbustos en el parque. Penetra inminente por las ramas de los palos borrachos.
Ahi un aire a naranjos vivos, se siente su presencia, la puedo palpar.
Es una de esas tardes de ocio, quizas luego de un almuerzo, cerrando algunas charlas o como el caiman a orillas de su rio natal, solo habita con el silencio momentaneo de la paz recargando energias.
El sol congela el alma al mismo tiempo que estimula mi piel en todos sus rincones.
Suena la zampoña.
Suena triste y llamadora, de angeles y duendes, volando por los aires como delicados fantasmas de cristal, visitando oidos finos y atentos.
Vuelta la nota infantil, perseguida por la corchea que se esconde tras un cantero en un evento singular de tonos y semitonos.
Sopla en las cañitas las ideas creativas, las palabras del alma, la voz del corazon, gozando de la simple libertad.
Alguien mira sin mirar, los viejos caminos recorridos, estampados en su memoria, viajando por doquier, viviendo valles, surcando desiertos, emisaria de bondades y virtudes que contrastan con la tristeza y un secreto lleno de melancolia.
Quizas ese hermoso suspiro llevo a los cielos las caricias para algunas almas necesitadas de amor y comprension.
No puedo evitar sentir, como la presencia fisica contrasta eventualmente con la ausencia mental en un sadico juego del gato y el raton persiguiendose por el cuerpo.
Que momento.
Baberos y babas, cariños y amores.
Momentos congelados en imagenes postergadas.
¿Que sera de aquella vieja tarde de invierno donde mutuamente cobijamos la suave musica de estas generaciones?
Quisiera detener, solo unos segundos, esta rueda del azar, que nos gira sin cesar en la calesita de esta vivencia extrañamente divina.
Admiro el impecable y simple poder que tiene la naturaleza de curar nuestras heridas con minimos secretos susurrados al oido. Siento como la alquimia de las tardes, fluyen por las venas limpiando los fantasmas que por alli alguna vez pasaron.
Veo alli, esa mirada picaruela, llena de inocencia, plagada de sorpresa.
¿Ves esos ojitos, redondosy negritos, cargadados de aventura, queriendo descubrir algun vuelo descuidado de una pequeña mariposa?
Te invito a correr, por la tarde en el parque, a saltar el cantero, a colgarte de algun arbol, a disfrutar aquella tarde cargada de emociones.
Te invito desde aqui, a tomarte unos amargos, con cedron y algo de menta, para refrescar este segundo con escones o tus palabras, adornadas de sonrisas en la siesta amarilla.
Te invito a vos, de la misma manera que la tarde me invita, a sentirla, a descrifrarla, segundo a segundo, minuto a minuto.
Con la caida de una hoja, con la sorpresa de una mirada, con la caricia descuidada de un par de manos enlazadas.
Con sonrisas o con lagrimas, con ausencias o alguna presencia, con ternura o empatia, pero te invito a descubrirla.
Una tarde.
Un Invierno.
Quizas frio.
Alla afuera.
Pero adentro... ¡Hirviendo el alma!
Una tarde.
Esta tarde.

miércoles, 7 de junio de 2006

Imagenes paganas.


Que la musica calma la fiera, lo ha dicho todo el mundo. De la boca hacia afuera. Pero que gran momento es ese que te puede cuando las ondas en el aire se expanden hasta llegar a tus oidos y traspasar mas alla de toda estructura viviente para transformarse en una especie de manto sagrado rociandote la piel y en un simple segundo, combinado por la sutileza del sol, del aire, de toda esa energia de las 8:00 un dia de invierno de cielo despejado, te electriza las fibras intimas cargandote como a una pila de litio para andar toda la mañana.
Todo eso y mas me lo acaba de decir "Collective Soul" con su tema "In A moment". Ya de por si todo el album "Hints, Allegations and Things Left Unsaid" tienen un viejo poder del rock.
Como sera el poder tranformador que puede tener un conjunto de notas, que a la hora precisa combinado en el momento justo, como una chispa hace saltar todo el deposito de combustible congelado en las profundidades de nuestro ser.
La musica. Una vieja y alquimica estocada al interior de mi alma al punto de ser mi compañera, amiga, confesora, casi soporte de esta gigante estructura de un metro noventa y ocho.
Me trajo unos vagos recuerdos, sobre todo anoche, al pasar por la vieja casa cuyo frente lleva estampada toda uan verdadera coraza verde formada por enredaderas milenarias que a su paso, penetrando los reboques, fue saltando la pintura para asirse a su verticalidad.
La vieja casona que alguna vez resguardo como un tesoro (y lo sigue haciendo) un viejo amor de infancia.
¿Viste? Seguramente alguna vez te paso, como un pequeño duende recorriendo tu casa o tu depto tratando de jugar a las escondidas cambiandote de lugar algun objeto que a la primera no lo vez pero esta alli a la segunda. Que vienen esos recuerdos de alguna historia pasa que al paso del tiempo se borro de la misma manera que la brisa borra tus huellas en la arena de tu playa.
Esta fue la historia de una piba que alla hace rato, en un acto de arrojo, se atrevio a robarme el corazon, con cierta astucia infantil, adornada de blanca sonrisas y unas sutiles trenzas que se juntaban por detras.
La casa me ata a cierto momento, pero tan vago que no tengo claro el momento. Como si ella, en otra dimension, en un espacio paralelo me estuviera llamando invocando mi nombre a los cuatro vientos como un sabio mantra para traer, para sentir, para encontrar, para tocar.
Suena extraña esa traslucida imagen de un buen pasado viniendo a mi como un eco persuasivo de otra vida llamando mi atecion, despertando, de repente, curiosidad por saber que fue de ella, donde esta, quien es o como esta.
El colectivo arranco y atras quedo aquella vieja casona de grandes escaleras.
No pude evitar tambien sentir como mi viejo espejo delataba ansiosamente mi propio deseo oculto de saber de ella despues de tanto tiempo.
Inevitablemente estamos conectados, en algun punto del espacio y del tiempo. Un pequeño lazo nos ata en un punto, un pequeño puntito en la inmensidad del todo.
Una milesima de segundo en la infinidad del tiempo que fueron dias, semanas, meses en aquel entonces.
Imagenes paganas, errantes.
Un momento que fue y que es.
¿Sabes que es lo bueno de eso?
Que desde mi interior, su presencia sigue estando, apareciendo, tocando. Me ha hecho vibrar despues de tanto tiempo. Y tiene un magico valor indescriptible, porque mas alla de los años que pasaron, la sigo recordando, la sigo soñando, la sigo teniendo sin importarme si a ella, acaso, le sucede lo mismo.
Esa es la historia, la de cada dia estampada en un lienzo blanco, el cual decidimos llevar.
Esa es, para mi, la esencia de la persona.
De mi. De vos.
De todos.
Dar un poderoso valor espiritual a esa persona que nos hace sentir especialmente vivo sin importar, mas alla de cuanto pueda estar dolido el ego, que ella nos corresponda de la misma manera que lo hacemos.
Y asi llevo mi cofre, cargado con algunos tesoros invaluables, ocultos en el fondo de mi oceano.
Transformando mi recuerdo en voces silenciosas de aliento para ella, este donde este, sea lo que sea, en esta u otra vida.
E indefectiblemente, alguien, en esta inmensidad cosmica, hoy, ahora, sin que lo sepas, esta pensando en vos, sintiendote. Soñandote jugando.
Alguien esta llevando tu persona a su vida en silencio para calmar sus viejas heridas como un angel de la guarda.
Y solo en una cuestion de momento.
Un segundo.
Un infinito segundo.