viernes, 1 de abril de 2011

¡¡Expertos determinan que dejarse extraer las espinillas es medio flojito, flojito !!


barro Luego de una ardua deliberación a distancia con el Sr. Pablo Aguiar sobre las virtudes y defectos que tiene la, para mi, asquerosa tarea de extracción de impurezas cutáneas de inocente presencia en distintas partes del cuerpo, he llegado a la conclusión de que la mujer, en algún rincón inhóspito de su alma tiene encubierta a una salvaje fiera criminal serial cuya obsesión es, justamente, el placer por el apretamiento de epidermis ajena con sus filosas garras.

Pero antes, deberíamos retrotraernos a nuestros mas inocentes recuerdos de primaria, donde la hombría del infante se media a golpes de puños, patadas y manotazos en casos extremos de poca practica pugilista y donde nosotros no éramos mas que un molino de viento girando los brazos sin sentido defensivos ni coordinación alguna. Pero esta demostración de macho cabrío en crecimiento en épocas sin Danonino ni Actimel se veía opacada por un flagelo extraño, desconocido, mudo, certero, fino, delicado y mas ponzoñoso que una viuda negra. ¡Si señores! ¡Hablamos del popular y silencioso pellizco femenino! Aquella vieja arma de dolor incalculable que algunas de las niñas vecinas del grado nos aplicaba en la parte mas tierna de nuestro brazo. La sensación de adormecimiento primario con el posterior síntoma de ardor pavoroso (que dicho sea de paso podía durar mas de 24 horas) y el enrojecimiento candente de la piel era el típico flagelo del día.

Seamos sinceros. La técnica del pellizco es tan letal como el arma silenciosa de Jef Costello (Alain Delon) en “El silencio de un  Hombre” pero con cierto grado de traición, ya que nuestra atacante solía venir de atrás o los costados sin posibilidad de defensión de nuestra parte.

Hecha la aclaración sobre los orígenes salvajes, casi primitivos y desmedidos de esta practica usual, en la actualidad, el arte de la presión cutánea ha tomado otros rumbos. Entre ellos, el del embellecimiento facial y la limpieza epidémica en general. Propia o ajena. Con o sin consentimiento.

Ahora, ante la incógnita de si dejarse extraer las impureza por la mujer, esposa, novia o amante es de bien bien, bien hombre, machote tipo "Duro de Matar 1, 2, 3 y 4" por soportar el dolor o es de muy, pero muy nenita, maricarmencita, nenita de mama, por querer tener piel de bebe, surgen las siguientes probabilidades a tener en cuenta. El lector sabrá en cual encasillarse.

Hombre de Puro y Solido Adamantium Modo “Wolverine”: Cuando el hombre esta semidormido, generalmente al amanecer y un día de fin de semana y se es atacado por la espalda. El hombre se comporta lisa y llanamente como roca madre. No se inmuta. No balbucea. No abre los ojos ni emite sonido alguno, lo que genera cierta molestia en la mujer que potencia sus dedos índices en una unión mortal sobre la piel. Usa el tiempo como medicina para cicatrizar las heridas en el mas noble de los silencios machos. Mas tarde desfila al carro de choripan mas cercano y se come una docena, claro con los aditivos necesario como mayonesa, picante y chimichurri para recuperar lo perdido.

Hombre de Hierro “Schwarzaeaeennegeerae” Modo Terminator: Cuando el hombre con la frente en alto dice a su mujer “No” ante la petición de la fémina a someterse a tal oprobio carnal. Dicha la ultima palabra, el hombre recibe honrosamente las recriminaciones femeninas que indican que verse así es espantosamente horrible y que no tiene perdón de Dios salir a la calle de esta manera y que le da vergüenza ajena.

Hombre de Hierro ““Schwarzaeaeennegeerae” Modo Depredador: El sujeto no escatima nada en el uso de recursos de camuflaje e intenta el arte de la desaparición ninja cuando en el aire huele la mas mínima intención de caza por parte de su depredador, la mujer, quien busca desesperadamente por todos los rincones de la casa a su victima. La mujer pega alaridos rugientes desde la copa de un ficus en el patio al no tener éxito.

Hombre de Hierro “Stallone” Modo Rambo 1, 2,3,4: Cuando el  hombre dice “No” pero la mujer hace caso omiso a tal cosa y ataca sin perdón de Dios al individuo que aguanta el sorpresivo ataque sin suspirar, ni fruncir el ceño, ni morderse los dientes o cualquier otro gesto que insinúe el mas mínimo dolor. Pasada la tortura, el hombre va al baño, desarma una bala calibre 9 mm. y con la pólvora cicatriza las heridas cortantes.

Hombre de Hierro “Stallone” Modo Rocky Balboa 1, 2,3,4: La mujer desafía al cónyuge. El acepta. El dolor se hace realidad. La mujer pellizca una y otra vez. En el hígado. En el pómulo. En la frente. Los riñones. Los pellizcos desfilan uno tras otro quebrando la defensa del hombre, que casi sin fuerza intenta algún tipo de sortilegio psicológico como pensar en otras cosas, rezar un Ave María, cantar el himno nacional. Esta contra las cuerdas, sin arbitro, sin toalla y madura el K.O.. Cuando las fuerzas parecen abandonarlo, se saca de encima al oponente para respirar libertar. Triunfa y al final dice con la cara toda hinchada “¡Te amo!”

Hombre de Plata “Dr. Jeckyll y Mr. Hide”: Cuando el hombre tiene por pareja a una revendedora de productos cosmeticos como Avon, Amodil, Via Valrrosa y de manera docil y diligente, esta usa al hombre como conejillos de indias para probar las propiedades de cremas y ungüentos extraños para limpiar la piel. Ante el fracaso del mismo, cambia notoriamente de actitud sacando la bestia que lleva dentro y procede al mas antiquísimo método gremial del apriete. El hombre no puede escapar de las garras hasta que misteriosamente, la mujer vuelve a la mansedumbre y no recuerda nada.

Hombre de Estaño “Martin Lawrence” Modo Big Momma’s House: Bajo la apariencia dura de un hombre de barrio cualquiera se esconde una tierna niña. En principio niega someterse a la tortura, pero luego acepta. No conforme con esto, accede a usar luego alguna crema exfoliante, esponjas vegetales, cremas rejuvenecedoras, reafirmantes, de limpieza, suavizantes y cuanta crema ande rondando por la casa.

Hombre de Raso Robin Williams Modo “La Jaula de Las Locas”: Adicto al peróxido de benzoico, el hombre es pellizcado pero por él mismo. No interviene ella. Usa mascaras faciales de pepinos con palta durante la noche. Toma baños de leche, vino, yogurt, salsa de soja, se chocolatiza, usa piedras milenarias, masajes, limpiezas orientales y usa esponja vegetal todo el día. Se alimenta con menu ortomolecular. Experimenta con cuanta cosa ande por ahí. Toma líquidos. Mucho. Evita la comida chatarra. El dermatólogo es su ángel de la guarda al cual acude ante la mínima aparición de un cuerpecito extraño en su rostro. Tiene un espejo redondo de mesa. Bolsito de cosméticos. 

Y mejor le voy aflojando la Barrocutina que no es un dulce.

1 comentario:

manancancho dijo...

Juas! pero al final usté no dijo en que grupo se anota...