Para todas esas multitudes armadas con antorchas, picas, hachas y tridentes que andan por ahí reclamando todavía cierta sutileza a la comuna de San Salvador les voy avisando que no es cuestión de cortar cabezas, quemar a las brujas en la hoguera y andar crucificando cuanto arquitecto o encargado de decorar la ciudad este dando vueltas por allí.
La violencia no sirve. Genera mas violencia. Por ejemplo, supongamos que el hijo de puta del vecino saca su perro y el can me caga la vereda, y no, discretamente, digamos al estilo de un Caniche Toy, cuyos excrementos suelen ser míseros. No. Se trata de unas de esas razas que mas que perros parecen terneros y que por deducción a mayor tamaño del can, mayor es el tamaño de su deposición. Lo correcto es que yo tome los desechos y se los ponga en su vereda, o que se lo revolee por la cabeza. O que envenene al perro. O al dueño. Claro, esta acción generaría la ira de la Asociación Narices Frías, una secta amante de los animales (que para ser sinceros para mi tienen un “temita” ahí con los perros, pero bueno… es otra historia).
Entonces la acuidad y la argucia se transforman en la llave maestra del éxito personal sobre la conquista de los salvajes precarios y mutantes hijos de un troll en decadencia. A las bestias no se las combate con la fuerza bruta, sino mas bien con la omnipresente inteligencia de un gran estratega conocedor del campo de batalla, evitando bajas (en especial la mía) y logrando el ansiado triunfo.
Resulta ser que luego del escrache mediático sobre el temita de las publicidades municipales en lugares públicamente incorrectos , sin derramar sangre, con unas fotos y el uso de una red social, el guerrero armado del buen gusto y la espada sana de la critica constructiva ha llegado a la cúspide abatiendo la mediocridad profesional (porque hay profesionales de la mediocridad también. Les dan titulo, se estudia y todo eso) de gente que les faltan cinco para el peso y en vez de ponerte una bacha en la cocina te ponen un inodoro o cosas así. Digamos, el que nace para pito, nunca llega a corneta, en fin…
Ayer cuando pasaba por la esquina de Lavalle y Belgrano me doy con que han retirado la evidencia publicitaria que días antes habían instalado en las rejas de la Basílica San Francisco de nuestra ciudad, algo espantosamente increíble y sobre todo si viene de gente que estudia muchos años, el como y donde poner las cosas para hacer de nuestras vidas, algo mejor.
En fin, Señores, esto es una campaña de bien publico.
¡AY LA JUNA GRAN SIETE 1 – MEDIOCRIDAD MUNICIPAL 0!
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