Por algún motivo, hay quien se siente un COMPLETO LIBREPENSADOR diciendo “no me gusta etiquetar a la gente”. A mí, por el contrario, me encanta. ¿Qué sería del conocimiento humano sin la ciencia de la clasificación y la etiquetación? ¿Qué sería de la gente que es “medio así y un poco asá” sin un Carl von Linneo humano que les ponga su rótulo y les explique cómo son?
Si por mí fuera andaría por la calle con etiquetas, etiquetas de verdad, compradas en la librería escolar del barrio, para pegárselas a la gente y así los extraÑos puedan estar Adveritidos de sus características negativas. Por ejemplo, “Carente de Mentón”, o “Enfermito de la Inseguridad”, o “Simplemente Energúmeno”, o “Espectador de Danza Contemporanea” o “Psicóloga de Sesenta aÑos con voz Ronca”. o “Ensanchador Frustrado de Veredas”. Claro, el riesgo es que alguien me etiquete a mí, pero he pensado en evitar esto consiguiendo la exclusividad del servicio -después de todo, yo tuve la idea primero.
Toda esta introducción para presentar la largamente anunciada -y requerida por ustedes, mi querido público -clasificación de Comentaristas Facebookeros:
EL TROLL CLáSICO: Un caso arquetípico, desesperado por necesidad de atención y autoafirmación. Para ello recurre a todo lo que tenga a mano, desde agresiones personales, chistes hirientes sobre gente recientemente fallecida y declaraciones racistas a un amplio guardarropa de alias que va intercambiando para defenderse a sí mismo o crear confusión. Comenta unas cincuenta veces por día ya que es o desocupado o Ñoqui y con la energía que gasta en buscar qué le duele a su interlocutor se podría generar electricidad para un pueblo pequeÑo. No hay forma de ganarle: como en la película De Origen Desconocido, donde un hombre luchaba contra una rata monstruosa, uno entiende que, tal como lo expresaba el exterminador de la historia, la rata tiene todas las ventajas Usted, además de luchar contra ella, tiene que trabajar, obligaciones, atender a su familia. La rata puede dedicar las 24 hs. del día a joderle la vida y es lo que hará. En resumen, es un subhumano, no tiene principios morales ni límite ético alguno y tal vez sea estéticamente repugnante.
Se dice que hay que matarlos con la indiferencia, pero nada los mata. En blogs con moderación, recomiendo banearlos sin piedad. Pero en realidad, la eliminación física es lo único que los detiene.
EL TROLL SENSIBLE: Se trata de una ligera variante del anterior. En este caso, el tipo pasa semanas y semanas jodiendo a sus semejantes, pero a veces el propietario del perfil se le ocurre contestarle en los mismos términos que usa. Y en ese caso, se ofende, se ataca y comienza una campaÑa constante y diaria de agresiones y de difamaciones en otros espacios, que culmina con el aburrimiento propio y ajeno.
EL INSULTADOR COMPULSIVO: Entra una vez, dice una sarta de barbaridades y amenazas de muerte y no vuelve nunca más. Es relativamente inofensivo debido a su estrategia de debut y despedida, pero a veces es inquietante el odio con que se expresa, y nos preguntamos si será alguien a quien le habremos quedado debiendo guita.
EL OMBLIGO DEL MUNDO: El hombre cree que uno se acuerda de absolutamente todo lo que le han comentado, cómo, quién y cuando, y coloca mensajes que dicen algo así como “che, contestame lo que te dije el otro día” o “¿por qué no publicaste mi comentario de la semana pasada?”. El autor se confiesa completamente impotente ante este descompensado, porque la respueta más sincera es “no tengo la más pálida idea de lo que estás hablando”, pero encuentra que eso pude llegar a ser ofensivo. Sea como sea, el tipo es tan egocéntrico que probablemente sienta que cualquier respuesta lo deja insatisfecho.
EL MAESTRITO CIRUELA: Se dedica a corregir a otros comentaristas. Lamentablemente, si se limitara a errores de concepto podría ser hasta enriquecedor. Pero que intente corregir errores de sintaxis y ortografía en un medio esencialmente embrutecedor como el Internet es incomprensible; como un maestro de buenos modales que intente explicar qué cubiertos se usan para el pescado frente a un grupo de náufragos.
EL POLéMICO: Se trata de un hombre culto, aunque no tan culto como él cree o eligiría otros campos de batalla. Se empeÑa en una discusión a muerte con cualquiera. La discusión no se centra en un tema determinado, sino que cada respuesta suya se ramifica en veinte cuestiones irrelevantes más, hasta que el Universo es la discusión y la discusión es el Universo. Lo más razonable y lógico sería dejarlo que opine y punto, pero su reacción es, o bien considerar que ha ganado (y hacértelo saber) y con él todo el ejército de personas que piensan como él y que deberían dominar el mundo, o seguir insistiendo en un duelo personal como si fuera el único interlocutor de la página; si no seguís discutiendo con él, se enoja; Si le seguís discutiendo, te acusa de autoritario (basado en esa estupidez de que disentir es ser .intolerante.) y a veces hasta se ofende, como el .Troll Sensible.. Si tratás de tomarlo con humor, te dice que no te lo tomás en serio. Si te ponés agrio, te dice que te tomás todo muy en serio. Es completamente pesadillesco.
En este caso recomiendo hablar con su psiquiatra y pedirle que le aumente la medicación.
EL AFICIONADO INSEGURO: Este no es tan malo, pero sí tiene una característica entre graciosa e irritante. Aparentemente, le gusta la página, la lee todos los días y es un seguidor recurrente. Pero lo manifiesta a través de frases levemente hirientes, creyendo que de lo contrario será visto como una especie de “groupie” y su frágil masculinidad se vendrá abajo como un castillo de naipes. Es una especie de estibador intelectual, que cree manifestar su cariÑo a viriles trompadas. Pero si uno se defiende, pasa de ser un estibador a una muchachita histérica, que te acusa a vos de egocéntrico y al resto de los comentaristas de chupamedias. En resumen, es insoportable, pero también da penita porque sus relaciones personales deben ser un infierno; imagino las barbaridades que le debe decir a sus novias de corta duración.
EL COMPLETO DESPISTADO: Entra para otra cosa, por ejemplo, buscando datos sobre el Big Crunch o el Movimiento Perpetuo y pide que por favor le manden información sobre el terma, creyendo que del otro lado de las páginas de Internet hay alguien. A veces se da cuenta de que ha entrado al lugar equivocado, pero en lugar de enojarse consigo mismo, se enoja con uno, como si se metiera en la casa del vecino y le dijera .¡Pensé que esta era mi casa, la próxima vez pongan un candado más fuerte, banda de idiotas!.. En otras ocasiones, entra cien veces buscando lo mismo y se indigna de que no le hayamos solucionado su monografía.
EL HABITANTE DE LAS PROFUNDIDADES: No se entiende qué quiere, porque se expresa en un proto-lengua mezcla de mesnaje de texto y dialecto de alguna urbe latinoamericana indeterminada. Sus mensajes suenan algo así como .Pinche la wea ke t chingda madr te la ksi pinga la raja t 2 pajina cabrón.. La ventaja es que como no se termina de entender si el mensaje es elogioso o insultante, podemos pensar lo que queramos.
A propósito, le mando un saludo al “Polemico” de esta semana, que al terminar esta nota dirá “!ah!, una estrategia para que nadie te haga un comentario negativo, por suerte estoy yo, que no me como ni la punta”.
Con los demás está todo más que bien.
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