viernes, 8 de mayo de 2009

¡¡¡ Expertos científicos revelan los secretos de la PAVA IGNIFUGA INTELIGENTE !!!


P1020127 La indiscutible y muy valorada conquista que han alcanzado mis creaciones literarias de investigación han superado limites sin precedentes. Desde los inicios de los tiempos donde  mis textos habían comenzado por culpa de un estornudo sin Gripe A (porque todavía no había nada de eso) y uno que otro sentimentalismo ( con el cual, admito, he conquistado a un publico selecto, depresivo, nostálgico amantes de la oscuridad y todos sus santos dolores ) he ido perfeccionando las temáticas de índole científicas y su influencia que esta tiene en la vida del lector común como vos, y vos y si, un poquito vos también

Esto me llevo a hacer un uso mas racional de este poder. He comprendido, como el Hombre Araña, que un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

Es por eso que desde los grandes laboratorios experimentales en un subsuelo a varios cientos de metros bajo tierra, mi grupo de inteligentes diseñadores de tecnología de avanzada, se encamina hacia la cúspide del éxito en el tratamiento físico nuclear de las aleaciones, la desmoleculización protónica, la colisión de hadrones y el desarrollo de un pito silbador mas ameno y simpático para pavas (porque la verdad el silbido es muy poco creativo y horrible) para crear un objeto de inigualables características en la historia de la tecnología mundial.

LA PAVA IGNIFUGA INTELIGENTE.

Resulta ser que la pava convencional esta pensada por un grupo de ignorantes que nada saben de tiempo, temperatura, punto de ebullición y esas cosas. Solo conocen de diseño y decoración. Pero la vida de un cebador de mates depende de muchas otras cuestiones.

Ya de por si, el obsesivo cebador se ve envuelto en una terrible peripecia que es la de calentar el agua al punto justo, por lo que debe aplicar todos sus sentidos para "acertar" correctamente a la temperatura adecuada.

Esto por otro lado, es como una comedia griega, hace que el cebador este parado, inmóvil y atento,  como un verdadero estúpido al lado de la misma "cuidando" el proceso de calentamiento del liquido mientras espera los supuestos ruiditos y chiflidos que esta supuestamente hace ( aun no ha sido confirmado científicamente) para avisarnos que la ebullición viene, que esta a la vuelta de la esquina, ¡que ya!... ¡ya, ya!, ¡no ya!... ¡ya todavía no!..., !ya si!, ¡no si..! ¿casi!?... ¿no...? ¿si...? no se.. ¿talvez?;  y ya es hora de sacar el objeto metálico portador/calentador de agua de la hornalla.

Claro, si uno esta a full con, que se yo, "Rock Your Heart Out" de AC-DC, la precisión y la audición se viene complicada.

Todo estos percances generan comentarios entre los presentes ocasionales a murmurar cosas como, "¡uy no! esto esta tibio!" o la pregunta "¿esta fría el agua? ¿te parece? ¿como la sentís?" y uno se ve obligado a devolver el agua del termo a la pava y realizar el mismo y satánico ritual de siempre. Y ya no es lo mismo. El agua esta tibia, viejo, tibia ¿mentendes? los tiempos son otros, la pava ya esta dilatada por el calor anterior y resulta que después se te hierve en menos tiempo, o no tanto, pero supera la temperatura mate.

¿Y esto donde deja parado al cebador? En la nada misma. Ahí, justo ahí. Porque a esto le sigue la primer quemadura del tomador distraído, la "ampollación" total o parcial de la lengua, el clásico "fisfsfsffsfsfsfsffsfsfsfsfsfssf" (hacer hacia adentro como aspirando), que trata de enfriar ya, el quemante liquido dentro de nuestra boca insensibilizando luego todo. El bizcochito de grasa. Las tía marucas. La pastafrola. El bollo con chicharrón. Las media lunas. Los scones. Todo. Absolutamente todo.  Cada sorbo posterior no es mas que un latigazo a la autoestima quemada casi a lo bonzo, recurriendo desesperadamente al vasito de agua fría de la heladera. Y encima te dura una semana y se reaviva con el guiso de lentejas caliente del domingo.

Otro significativo problema para el cebador esta cuando este es invitado a un lugar extraño. Juega de visitante. La pava es una verdadera desconocida. No es la nuestra. Y ni hablar de la cocina. No sabemos como es, entonces resulta que todos los tiempos, los sonidos, las cualidades y las características fisicocuanticas de la misma nos resulta esquiva y hacemos cualquiera. El agua sale fría o hervida. O no hace ruido o suena muy bajito y uno piensa que se esta quedando sordo. O hace demasiado ruido y te asustas y le enchufas un vaso de agua fría al toque. Te mandas cualquiera. La destapas. Miras. Te agachas y acercas la oreja, viejo, la oreja. Una verdadera pantomima digna de un mimo.

Por el contrario, como suele hacer mi querida mujer y otras gentes, estas se olvidan de ella. Digo de la pava. Van, cargan, prenden y colocan al fuego y chau. A ver la novela de la tarde. A tejer o a mirar las golondrinas volar. Y ya. Ahí esta la pava (la nuestra de cobre).

Primero calentando el antiguo y milenario metal nativo a temperaturas moderadas. Pero en conspiración, olvido, tiempo y temperatura parecieran experimentar con las propiedades físicas químicas del objeto en cuestión. Por las leyes que todos conocemos desde los inicios escolares, el agua se evapora y fluye en libertad hacia las afueras dejando la pobre totalmente indefensa a los poderosos caprichos del proceso exotérmico, producto de la reacción química de una oxidación violenta, llamado fuego.

El pobre mineral rojizo de brillo metálico y valor atómico 29, que viene resistiendo las llamas casi desde el 7000 A.C.y al cual han adjudicado, en la historia mundial, el famoso nombre de "Edad del Cobre"; pareciera querer abandonar su mística trayectoria ante los diversos experimentos que es sometido actualmente en todos los hogares del mundo.

La pobre pava se entrega, se rinde, pide pido, añora jubilación, desea ser una maceta para albergar en su interior a un decorativo potus, colgar de una pared en algún lugar de la galería relleno de flores secas  o convertirse en un simple adorno que traiga nostalgias y buenos recuerdos de la nona. Pero no. La vida es cruel y sádica. La faceta oculta de sus propietarios esconde los mas perversos deseos de un verdadero ingeniero físico químico frustrado y aplica sobre el pobre objeto rojizo todo el rigor de las torturas candentes del olvido en la hornalla, sus causas y sus consecuencias.

La triste imagen negra, cubierta de escamas y ampolladas fisuradas, son el fiel testigo del sufrimiento de la misma. Y no una, ni dos, ni tres veces. Miles de ellas. Sometida a temperaturas extremas, largos periodos de calor salvaje y ella sin poder moverse, sola e indefensa, mientras su cuerpecito suena a gritos con algunos chasquidos clamando por ser removida del lugar.

Como si esto fuera poco, la suerte no le sonríe. Por el contrario. Le dan un golpe bajo digno de descalificación. La pava es escuchada, el aire es olido y luego de una horita y media secándose en la cocina, de pronto y con la furia de un asesino serial que se encarniza en el sufrimiento ajeno, es tomada de su manija de madera, ya resquebrajada, y es nuevamente llenada con agua fría. ¡¡¡¡fría!!! ¡¡¡Loco!!! ¡¡fría de nuevo!!! ¡¡¡y sin piedad!!! explotando en miles de estridentes sonidos, cual trueno de verano, causados por el fulminante cambio de temperatura.

Y luego todo se repite en un infinito circulo vicioso de frio-calor-frio.

El Cu es nuevamente sometido a malditos caprichos experimentales que ni la tabla periódica puede soportar, dejando a una sociedad descuidada e insensible a medio metro del tarro de leche nido para hacer mate cocido y de volver a la Edad de Piedra en pleno siglo XXI.

La pava es eso, una pava y muy "pava" es el desarrollo de la misma. Para obtener la temperatura ideal para el agua del mate, no se necesita tener un Master en Ingeniería en Articulos de Cocina Nucleares y cosas así.

No hace falta tampoco estar como un eunuco, parado al lado de ella, ni por supuesto abandonarla en el olvido domestico.

Solo se trata de una excelente y adecuada combinación de materiales no plásticos, ni maderas, con un desarrollado conocimiento sobre volumen, un acertado termostato y un microchip que procese toda la información para que avise que el agua ya esta lista para el amargo.

Nos merecemos una mejor calidad de vida, disfrutando otras cosas mas importantes, como que se yo, ver a Tinelli o "El Rey del Ganado", que vivir 20 minutos de cada hora, todos los días plantado al lado de la cocina o morir incendiados en un tercer piso sin escaleras de incendios en el centro de Jujuy por culpa de las llamas del olvido.

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