viernes, 6 de julio de 2007

¡¡Maldicion Gitana!!


Pensaba que hacer deportes de riesgo como descenso en bicicleta, rappel o sandboard seria algo de cuidado, pues atentar contra la salud fisica a una determinada edad y siendo marido, padre tutor y/o encargado, era algo irresponsable de mi parte mas alla del aporte y el sabor de adrenalina qeu da esta libertad.
Pero jamas habia pensado ni me habia pasado que patear un perro seria mas riesgoso que tirarse desde de un puente atado a unas cuerditas elasticas al vacio. De esto ha quedado demostrado que varios accidentes han acabado con el saltador esparcido en el fondo de un arroyo pedregoso en mil pedacitos, los cuales juntados con cierta suerte, lo mas riesgoso que haria luego durante toda su vida seria tratar de embocar en su boca la bombilla para tomar un licuado de sustancias batidas porque no puede masticar en alguna clinica de rehabilitacion.
Pero no. Patear un perro sin saber la procedencia, el origen mismo y no del propio can, sino de su dueño, es de alto riesgo con un factor de mortalidad terrible.
Mi relacion con los caninos han pasado de algunas mordisqueadas mutuas, torpezas varias hasta flagelos medievales por mal comportamientos.
Pero lo respeto. Respeto al can.
Ahora, durante mis idas en bicicleta, ser correteado con un perro a la altura del tobillo fue tan comun como el arroz seco con salchichas.
Preguntenle a algun cartero, al diariero, al repartidor de lo que sea que se desplace en vehiculo de dos ruedas (o cuatro tambien) si no han sido toreados por un perro que generalmente tiene un perfil de callejero, peso medio, clasico color amarillo. Tambien los hay de esos chiquitos, histericos, onda Caniches, Pekines, algun salchicha mal humorado mezlcado geneticamente con piraña asesina.
He sido atacado por toda raza canina, he perdido pantalones cuya botamanga ha sido destruida por fauces de canes de distintas nacionalidad, especies, colores y olores. Asi tambien he partido algunos maxilares, gracias a patadas y artimañas de defensa propia.
Pero lo de hoy no tiene precedente alguno en la historia.
Habia terminado de almorzar en casa de un amigo cuya madre cocina, para pocos y cuyo lugar considero de uso exclusivo para unos pocos por el estilo de cocina casera. Me dirigia hacia aqui, a mi sitio de trabajo cuando a una distancia no mayor de diez metros cruza de izquierda a derecha un perro, chico no mas del tamaño de un pekines, ladrando mientras avanza altanero hacia otro perro que lo triplica en tamaño.
Claro, mi vision de que las personas bajas son asi, tal cual el perro, son prepotentes, histericas y hacen lo imposible para llamar la atencion pues su estatura minima los hace pasar desapercibido en el entorno y de alguna manera deben dar ese toque de "Hola estoy aqui. Mundo entero, no me ignoren. Soy YO", se hacia presente en mi corteza cerebral. Obviamente el grandote lo ignoro, se dio media vuelta y se fue. Esa es otra. Los grandotes como yo somos asi, piolas, tranquis. Ya de por si somos altos y sobresalimos "del resto" ¿para que llamar mas la atencion? volvamos a nuestro lugar y usemos el titulo de introvertidos.
No satisfecho con esto, el maldito enano me mira, resopla y comienza con su locura de ladrar. No se que no le gusto de mi, quizas las zapatillas, el ruido que estas hacian o el color del pantalon de trekking Montagne que tenia en ese entonces, pero empezo a ladrarme.
Y como es sabido y algunos de uds. alguina vez lo experimento, el perro suele ser mañero, porque nunca te mordisquea de frente, espera que le des la espalda para chicotearte la canilla.
A todo sentia que la dueña lo llamaba. ¿viste cuando el/la dueño/a ve que el perro esta hinchando las guinda pero te canta "No quedate tranquilo no hace nada, es buenito"?.
Fue entonces que mi paciencia taurina se acabo y estampille con todo exito mi 45 en su hocico haciendo que este se quejara de dolor y retrocediera unos metros.
Ahi comenzo realmente el infierno.
No tanto por el perro, sino por sus dueños.
Eran gitanos. Si Dije ¡¡Gitanos!!. no es que tenga algo en contra de ellos, los ignoro y no les doy bola, pero es un mito, un maldito cuento urbano, un capitulo digno de la serie "Cosas Asombrosas".
No se que concepcion tengan uds. de gitanos, pero no eran como Sandro, ni como una divina española bailarina de flamenco.
Era una mujer robusta, bastante robusta, con pañuelo multicolor en su cabeza, vestido simil y descalza. De su cuello saltaban miles de destellos plateados de monedas y baratijas varias.
Por un momento el tiempo se detuvo y retrocedi a la edad de 6 años cuando me habia topado por primera vez con una gitana que le queria leer la mano a mi vieja y esta nos agarro a mi y mi hermana y salio corriendo como si se hubiera encontrado con el Ukumari.
Volvi en mi. La mujer maldecia en no se que idioma. Pude deducir que no era nada agradable lo que decia pero con esto no alcanzo.
Yo habia decidido seguir mi camino, pero aparecio ¿el marido?¿el jefe de la comuna? y empezo tambien con su vocabulario.
A todo esto entonces no solo me ladraba el perro sino dos gitanos.
Era mucho, no queria terminar en manos de un gordo asesino pelando gallinas en un galpon con colchones en el piso por el resto de mi vida asi que apure el paso.
Fue ahi cuando cayo la primer piedra. ¡Locos! Estan todos locos. Me tiraban piedras porque habia pateado su perro.
Conociendo la sangre vendetta que suelen llevar estos muchachos prodeci a usar las energias nutritivas de unos buenos canelones de verduras con pollo en salsa mixta con hongos y queso rallado, para apurar el paso y desaparecer del lugar y no morir en dicho acontecimiento a manos de un tipo de 130 kilos con pinta de rumano con aliento a mortadela que estuvo su vida atrincherado en una mina de carbon en algun rincon de los montes Carpatos.
Ya ni patear un perro tranquilo se puede ¿te das cuenta? ¿donde quedo aquella libertad que nos sonreia a la vuelta de la esquina?
¡Maldicion Gitana!
Para cerrar la semana laboral, con un buen Merlot en mano este viernes, en un sofa mirando la noche, solo o en compañia, este tema que inspira descanso.


No hay comentarios.: