martes, 4 de diciembre de 2007

Historia de Ricardo, Miguel Angel y el Baqueano


(Foto: Camino a Valle Colorado - Jujuy - 24/11 - Trekking 3 dias)

Ricardo venia de Buenos Aires. Nadie sabia de el. En Valle Grande la vida transcurre con la misma parsimonia de siempre, a paso de mula, entre verdes montes y aromas a menta.
Ricardo habia llegado a Valle Grande para contactar a Miguel Angel Arjona, un pueblerino dueño de un almacen y un hospedaje, simple, sencillo pero hospedaje al fin por tan solo quince pesos la noche.
Ricardo, algo cansado por el vaiven del colectivo durante 5 horas por caminos increibles de describir entre alturas, selvas, quebradas y valles, habia encontrado a Miguel Angel y pregunto como llegar a Cerro Amarillo.
Cerro Amarillo era uno de los tantos parajes magnificos que se encuentran luego de surcar sendas en medio de espesas vegetacion y nubes de mosquitos.
Miguel Angel, con su larga barba blanca y algo robusto lo acompaño a ver a un baqueano, dueños de caballos y mulas y que acostumbra a alquilar sus animales a turistas que quieran emprender salidas cortas o largas.
Luego de una corta charla, coordinaron la partida para el dia siguiente hacia el lugar tan ansiado por Ricardo.
Tal cual lo convenido, el baqueano acompaño con su guia estricta hacia Cerro Amarillo por unas ocho horas de pleno ascenso. Vistas increibles. Paisajes de altura. Valles Verdes. Vegetacion montana. Un paso mas cerca del cielo, de las estrellas, de las nubes y toda una explosion para los sentidos. Ricardo no podia dar credito a lo que veia.
Al llegar, Ricardo le dijo al baqueano. Buscame en una semana, me voy a quedar aqui.
Descargo su mochila, armo su carpa y el baqueano se despidio.
Tal lo acordado, el baqueano lo fue a buscar. Subio a Cerro Amarillo en medio de un calor humedo que adormecia los sentidos.
Al llegar, Ricardo, con cierto aire de desgaste fisico, le pidio que por favor volviera en dos dias.
El baqueano no se sorprendio. Ya habia vivido otras experiendias donde turistas, maravillados por el entorno, querian detener el perturbador paso del tiempo, romper las agujas del reloj, deshojar el segundero hasta disolverlo en lo mas profundo del alma.
Regreso a Valle Grande sin Ricardo. Y tal cual lo pactado, a los dos dias volvio a buscarlo.
La carpa de Ricardo estaba a casi tres mil doscientos metros sobre el nivel del mar. Cerca, a unos doscientos metros estaba un puesto de pastoreo o refugio como suelen llamar a esas casitas la gente del lugar.
El baqueano volvio. Y ahi estaba Ricardo pidiendole nuevamente mas tiempo. Y asi se sucedieron un par de veces mas por lo que el baqueano empezo a desconfiar de la paga, algo que todavia no habia visto ni en una moneda de un peso.
Preocupado mas por el tiempo perdido, la semana de subidas y bajadas y sobre todo el no haber cobrado ni un peso fue a ver a Miguel Angel para contarle lo que su "recomendado" hacia.
Absorto por la situacion Miguel Angel decide entonces subir al dia siguiente con el baqueano a ver que sucedia con Ricardo.
Partieron. Subieron. Llegaron.
Ricardo pidio mas tiempo. El baqueano no queria saber nada. Miguel Angel explico que el baqueano estaba preocupado por la paga por lo que Ricardo aseguro que si cancelaria todos los viajes que este hizo con sus animales. Luego de negociaciones varias, disputas y desconfianzas, Miguel Angel y su amigo decidieron darle dos dias mas a Ricardo.
Cuando se estaban marchando, la señora que vivia en el puesto le comento lo siguiente:
_ Hay Don Arjona, el señor me preocupa. La otra noche se largo a llover y no quizo venir aqui, le ofreci comida y tampoco, me dijo que queria estar solito ahi, y no quiere ver a nadie. Habla solo y se sienta ahi al borde del peñasco. Y la verdad me da miedo.
Miguel Angel se preocupo y regreso a intimidarlo para que baje. Y ahi fue cuando sucedio todo.
Ricardo, al ver que su tiempo se agotaba, se quebro, abrazo a Miguel Angel y se largo a llorar y entre lagrimas, ahogos y algo de desesperacion se puso a balbucear:
_ ¡Necesito quedarme! ¿sabes como es la vida alla? ¿Sabes la presion que tengo alla? No te das una idea de como es mi vida. Soy gerente de dos empresas las cuales estan por quebrar ¡Y no doy mas! No se que hacer! No encontraba el camino. Pero aqui... Aqui ... no tenes una idea... Me encontre a mi mismo... Descubri a Dios... Hable con el... No te das una idea de como me siento aqui... Sin nada que me vuelva loco... sin relojes ni obligaciones ni presiones...
Y asi solto toda la miseria de su vida en las alturas de Valle Grande, para que la brisa mentolada la disuelva a los cuatro vientos y limpie su interior. Habia encontrado lo que muchos no pueden encontrar. Su propia existencia, su propia alma, su espiritu y su verdadero valor.
Al dia siguiente bajaron los tres Y en Libertador General San Martin, Ricardo agradecio a Miguel Angel por su comprension y pago al baqueano todo lo que le debia mas algun extra por la consideracion.
A partir de ese momento, Miguel Angel, en su almacen de Valle Grande recibe las cartas y las fotos que Ricardo le envia de vez en cuando enlazando mas la amistad de dos personas totalmente opuestas pero con mucho en comun.

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