miércoles, 11 de junio de 2008

De toallitas y tampones.


_ El viento norte. por estos pagos, ocasiona siempre algun malestar. Dolor de cabeza, falta de aire, taquicardia y, como me sucedio a mi en el viaje en auto, hemorragia nasal. Lo mas simpatico de la situacion es que cuando esto te pasa en un auto con dos mujeres, las posibilidades de parar dicha hemorragia pueden tener diferentes matices. A falta de botiquin, una desarmo una toallita femenina para sacar el algodon. Esto no fue nada. La otra fue mas bizarra. Me ofrecio un tampon. No es chiste, pero este ultimo objeto me asusto y ademas me recordo lo que nos decian nuestros padres de chicos. "No se metan cagadas en la nariz". Alguna vez habra ido a parar una arveja, una semilla o una lenteja. Pero un tampon. ¡Hay que ser muy perverso!

_ Un perro huerfano ha sido adoptado. No se quien, si la secretaria del Consejo, el guardia de la entrada u otra alma caritativa le ha dado cobija en algun sector, en las inmediaciones de la playa de estacionamiento de esta cooperativa, pero deduzco, por la cara de felicidad del can y por su rumbo erratico y dubitativo, que en su puta vida habia tenido para el solo, la cantidad de ruedas que tiene en esta playa para darle una meadita. Y despues dicen que la vida es perra.

_ Hay una delgada linea. Una imperceptible pared con las mismas propiedades de una capita de hojaldre que separa el gen rudimentario y salvaje del macho humano, de la fiera salvaje envuelta en cueros y pieles de sus presas, del gen comprensivo de un padre deslumbrado por la vida inocente, la calidez de las manos pequeñas, la piel rosadita y los cachetes colorados. Me llamo a la reflexion por eso, por mis locuras estupidas de padre estresado por huevadas triviales y el abandono de la paciencia en algunos momentos claves. Que la estupidez no se apodere de nosotros.

_ Parte de la felicidad radica en darme cuenta que descubrir los secretos de cada poro de la piel de la mujer que esta a mi lado, me esta llevando demasiado y eso me asusta. No se si el tiempo sera aliado, si llegare a descubrirlos a todos, pero eso, a la vez me alienta, a seguir conquistando, a seguir andando, a seguir riendo, a seguir amando, cada rincon con otra optica, con otra fuerza. Y asi descubro que una mujer es de mil maneras, que una mujer puede ser mil mujeres, mil sentidos y mil placeres, y todo eso en un metro sesenta y ocho capricorniano.

_ Extraño sus higos en almibar. Sus tartas de quinoa. Sus mates lavados. Su risa histerica. Son esos momentos de debilidades gourmet. ¡Maldito Chancho!

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