Pregunto: ¿Quien en su triste y perra vida, en esa cárcel de viejos guardapolvos blancos y portafolios negros llamada “primaria” no ha esbozado en las hojas N° 5 de dibujo una maldita y asquerosa paloma, sea el motivo que sea?. Ya sea como traedora de paz o de la verdadera omnipresencia celestial, esta ave ha adornado nuestras infancias con su tierna e inocente imagen plumífera, conquistando nuestras mentes y nuestras neuronas con el único fin de ser queridas, amadas, adoptadas y alimentadas por la raza humana.
Resulta ser que las plagas o las invasiones no son como nos querían hacer creer, de estrafalarios y criminales chupasangres marcianos verdes en inmensas naves estelares disparadoras de rayos laser. Tampoco vienen zombis, ni arañas u hormigas gigantes que salen del centro de la tierra y vienen a devorarnos. No señores. Nuestro fin viene precedido por una invasión sin control de esta maldita alimaña de campanario y que crece sin control.
Resulta ser que ahora andan promoviendo esta cosa con el alpiste para poder ponerle limites.
Debo confesar que durante mi tierna infancia y desconociendo el potencial criminal cargado de maldad que porta esta odiosa bestia, la he dibujado en las diferentes técnicas como ser las acuarelas, el collage, con temperas, lápices de color Faber Castell (x 12), crayones, lapiceras Bic y otras herramientas de bellas artes dejándome totalmente encantado por la polifuncionalidad de su uso con fines artísticos sin conocer la verdadera identidad de este pajarraco.
Me imagino que el odio hacia esta bolsa de plumas, granos y misceláneas alimentarias como migas de Felipe, restos de galletitas, pan duro, tortas de arroz, cucuruchos de helado, pochoclos y cualquier otra porquería que comemos los humanos (que sinceramente no se si asustarme de las palomas o de Uds..); se aprende con el paso de los años, cuando uno se vuelve conocedor de estas porquerías aladas aunque a veces me da la sensación (triste, por cierto) que no todo el mundo parece estar imbuido de esta más que lógica aversión y te quieren convencer de que el salvaje, animal y despiadada bestia es uno y que ellas no son mas que animalitos, pobrecitos que merecen vivir cagando al mundo entero.
Quiero dejar en claro que no me refiero a las silvestres torcazas, bumbunas o urpilas, dignas criaturitas del señor que se las arreglan en el campo o en las periferias de la ciudad para sobrevivir, sino mas bien al maldito demonio oscuro y perverso, ese pitufo negro, esa asquerosa gárgola de iglesia que trajeron los conquistadores. Me refiero a la bestia prepotente, de sistema digestivo insatisfecho e interminable que jamás calma su ansia de alimentación y se descuelga de los aleros o las cornisas como malditas aves rapaces en busca de las migajas en el suelo. Y no quiero mencionar la capacidad de sus cagadas de corroer grandes obras de la humanidad y humillar a nuestros más preciados próceres. ¡Bueno, lo hice sin quererlo!. Me refiero a la especie de dudosa definición, la paloma “Rock Dove”, nombre muy poco angelical que denota malignidad, perversidad y malicia.
Yo por mi lado ya estoy contribuyendo con esta campaña, con métodos mas efectivos, como por ejemplo patearlas. Si, efectivamente darles un buen puntapié, si es delante de tu hijo mejor, para afianzar la técnica de pateo de palomas, que no es fácil. Para nada. Es mas, hasta te arriesgas a una pubalgia si no le das. O sino, como este ultimo domingo, un chancletazo en medio de la crisma. De una. Sin mediar palabras. Le zampas un chinelazo. La nube de plumas que deja tal técnica es hilarante, tiene efectos vasodilatadores y rejuvenece el espíritu, así que mentanle bala.
¡Bueno, esto ultimo, es como medio complicadito si te ve la ley!
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