Que efecto mas extraño me causo esta manaña, abrir la ventana de mi oficina, debido a la humedad y el calor interior y observar al rato como una mariposa blanca rompia la monotonia de estas cuatro paredes en mi oficina.
En una cuestion de segundos todo se paraliza, se entumece, se congela dejando inherte al espacio y el tiempo. Solo el revolotear de esa mariposita bailando por el interior, desorientada, asustada sin saber donde ir o que hacer adorna la cotaneidad diaria laboral. La misma fuerza que aquel caracol que trepo por la ventana para dormirse algunos dias.
El efecto de transportacion a un pais magico volatil, sin herejes con caras de necesidades necias, sin personas absurdas. una varita rompiendo la frialdad del dia, el aburrimiento y la densidad humana. Un touch de vida, de inspiracion, de optimismo, de esperanza. Una luz en el horizonte.
Su presencia fue extraña, llamativa. Recorrio los rincones, abajo, arriba, paso por la biblioteca con sus movimientos convulsivos y electricos a lo cual no le sacaba los ojos de encima, una obra maestra, un milagro, un verdadero regalo... digo... para la araña agazapada entre sus telas amontonadas entre un plafon de tubos flurescentes y el techo, lugar oscuro e incierto al cual el bello insecto volador fue a parar para saciar indefeciblemente la sed hambrienta del aracnido negro.
La realidad es cruel y dura con la ficcion y la belleza.
En una cuestion de segundos todo se paraliza, se entumece, se congela dejando inherte al espacio y el tiempo. Solo el revolotear de esa mariposita bailando por el interior, desorientada, asustada sin saber donde ir o que hacer adorna la cotaneidad diaria laboral. La misma fuerza que aquel caracol que trepo por la ventana para dormirse algunos dias.
El efecto de transportacion a un pais magico volatil, sin herejes con caras de necesidades necias, sin personas absurdas. una varita rompiendo la frialdad del dia, el aburrimiento y la densidad humana. Un touch de vida, de inspiracion, de optimismo, de esperanza. Una luz en el horizonte.
Su presencia fue extraña, llamativa. Recorrio los rincones, abajo, arriba, paso por la biblioteca con sus movimientos convulsivos y electricos a lo cual no le sacaba los ojos de encima, una obra maestra, un milagro, un verdadero regalo... digo... para la araña agazapada entre sus telas amontonadas entre un plafon de tubos flurescentes y el techo, lugar oscuro e incierto al cual el bello insecto volador fue a parar para saciar indefeciblemente la sed hambrienta del aracnido negro.
La realidad es cruel y dura con la ficcion y la belleza.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario