martes, 7 de febrero de 2006

Existencialismo. El mate, vos y yo. (Parte II)


Nadie viene aqui a cebarme unos amargos, con espumas y la calidez de antaño. Nadie puso la pava para calentar el agua de bienvenida, de amistad, de algun refugio o simplemente de ese grato momento de compañia, alguna charla.
En la nostalgia de la vieja yerba humeda descansan algunos recuerdos de risas y sonrisas. De vez en cuando alguna lagrima mojo el mate hueco de arcilla templada que como un cantaro contuvo la sal propia derramada de algun alma perdida, desorientada, extraviada.
Sin brujula y sin radio vagaban las ideas, las imagenes buscando el planeta que las reciba para descansar en la algarabia de las viejas ciencias del corazon, las olvidadas costumbres materas de yerbas y bombilla, mano a mano, adornando la calidez tibia de las miradas, cara a cara, frente a frente.
Nadie viene a cebarme unos amargos como en el viejo umbral, ensombrencida por la parra y las uvas, en el patio de casa.
Algun secreto en el yerbero descansa mientras amanece en la ruta.
No importa donde estoy.
Algun sueño quema mi interior.
Un recuerdo me estremece.
A mi lado no hay nada.
Solo armonia.
Algo de paz.
De a poco el mate sentencia a un descanso final su presencia.
Un mate en solitario.
El mate que vos y yo ...

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