miércoles, 15 de febrero de 2006

La batalla de San Valentin.


Y jugamos a la guerra de los chocolates, encaramados los dulces en las altas colinas, aguardando divisar al enemigo para matarlo en su mas tierno encanto.
Se vino la batalla, propuesta por San Valentin, de los sentidos despiertos, los besos ingenuos y las dulces caricias.
Un chocolate, un beso.
Una bala. Un disparo.
Ojo por ojo. Diente por diente.
Asi comenzo la guerrilla de la pasion en las trincheras de las sabanas camufladas entre almohadas. Desnudos los dos, dispuestos a cruzar las lineas del frente.
Fue asi como el primer bombom, de licor de cerezas, me lo coloque en la frente. Y como el dicho manda, fue alli donde cayo el primer disparo de tus labios.
La imaginacion siguio corriendo, como un duende desbocado, haciendo travesuras en medio de luces y sonidos de artificios.
Que buena treta la de distraer al enemigo, muchos grandes de la historia lo hicieron. No me quede lejos.
El segundo fue en la boca, quizas el disparo mas bello. Lleno de miel sabor a secretos e inclusos acertijos para llegar a la cuspide de las sensaciones.
Y fue otro al cuello. Y a mi "pera". Unos cuantos en mi pecho. Otros al abdomen. Hubieron de los lujuriosos y sabrosos.
Y otro y otro, fueron unos cuantos. Algunos simbolicos. Otros compartidos.
La mejor manera de morir. En manos del enemigo.
De ese enemigo amigo, paradojico, simple.
Una batalla de cuerpos desnudos.
Chocolates, besos y abrazos.
Dulce thantra, dispara las balas.
Siempre dispuesto a dar batalla.
¡Bang! ¡Soldado Herido! ¡A enfermeria!
Consumido hasta el final.
Una guerra.
Una batalla.
¿Que mas da?
Todo sea por la pasion...
Sea de todo...

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