lunes, 7 de noviembre de 2011

¡¡ Y dale con el temita de Lunati y lo del penal!! ¡Mejor lo hubieran puesto a Darwin a dirigir y ahí se acaba el llanto!!


Había jurado en el lanzamiento de mi weblog, que jamás hablaría de dos temas cuya importancia es menor al costo del salchichón primavera de la fiambrería del mercado. Estoy hablando de “Arjona” y “Futbol”. O bueno, al menos que no me explayaría mas allá de algún comentario ácido sobre las dos cosas porque los importantes hechos de las historia involucran grandes obras y no nimiedades como estas. Y además no estoy para perder el tiempo, a ver si me pierdo mi nomina al Nobel de la Cultura, si es que hay.

Convengamos que la palabra Arjona ya tiene cierto tinte salamero que se asocia con desgracia, y esa desgracia es la del despecho, el desamor, la calentura incipiente u otra temática digna del guatemalteco y cuyos consumidores son, generalmente mujeres depresivas o problemas matrimoniales.

El futbol es igual. Tiene aroma a tragedia griega con algunos rancios de la edad de las cavernas donde el cromañón mas intelectual es capaz de arrojar una bolsita con orina al arbitro por haber cobrado un penal que no era, o en el caso de un jugador, saldría a la caza de las tibias y los perones del contrincante hasta quebrárselos en unas cuantas porciones con una entrada llena de salvajismo y crueldad para mas tarde pedir perdón, mientras la muchedumbre grita enardecida sacando el ser primitivo, ese primer eslabón de la evolución que viene escondido y moderado por la cultura de milenios, en el adn.

Con esta cuestioncita del River – Gimnasia fue el claro ejemplo de la mediocridad deportiva y el gataflorismo con que el apasionado hincha local se hacia escuchar antes de lagrimear las primeras gotas de la pena y la resolución tras la derrota.

Quiero decirles, en mi humilde opinión, porque de futbol no se, pero si de ciencias naturales, que en el lamentable ecosistema deportivo, también existe una cadena alimenticia en la cual hay depredadores, herbívoros, insectos y descomponedores. Y ojo, señores, que no quiero herir susceptibilidades, sino mas bien llevar una sana dosis de realidad al fantástico e insípido acto de jugar al futbol o hinchar por un equipo determinado.

Vayan sabiendo, aprendan, ubíquense, sitúense señores espectadores, en el lugar que les corresponden, que no es precisamente en la de depredador, porque el dios creador del engendro, o sea la AFA, a protegido a su hijo preciado mas que nunca en todos los aspectos comerciales y deportivos. Entonces va la pregunta.¿Que hacia pensar a los hinchas del lobo que podían jugar limpiamente? ¡¡Por favor!! ¡¡Señores!! ¡¡Abran los ojos y guarde las servilletas, el papel higiénico y los pañuelos!! ¡¡a llorar a la Iglesia, por favor!! River es River y el lobo, solo un corderito blando e inocente, asado a la parrilla, al tomillo y listo para ser devorado por la maquinaria de la banda.

Por otro lado la expresión reinante de  “voy a la cancha a ver el partido….¡¡¡Pero soy hincha del lobo!!! “ los días previos a la disputa,  ha sido la mas caradura y traidora frase deportiva jamás escuchada por mi refinado oído. Judas daba otra estocada mas y el ejemplo era que nada de lo afirmado anteriormente se reflejaba en las pantallas de tv, donde River parecía que jugaba de local con tantos colores gallinas, transformándose en un claro signo de la existencia de la DIVERSIDAD CULTURAL.

Así que Señores hinchas, jugadores, periodistas y otras yerbas, dejen de llorar en las esquinas, de lamentarse o autolapidarse  por el penal, dejen esa pesada losa de mármol con la estampa “LUNATI” que les oprime el pecho y vuelvan a la vida real, que el pobre hizo lo que tenia que hacer, o sea inventar un penal y acepten la Teoría de Darwin, que defiende la evolución biológica, el triunfo de la especie mas evolucionada y fuerte sobre el mas débil y ubíquense en la palmera deportiva,  lo que les toca vivir.

Y si no les gusta, les sugiero un terere y a jugar a las bochas que es mas tranquilo, menos doloroso, claro salvo que te casquen a bochazos por tramposo.

ESTA ES UNA SUGERENCIA DE BIEN PUBLICO.

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