Me parecio escuchar alguna voz por ahi. Es extraño. No me di cuenta de que a mi alrededor tenia un tipo y dos mujeres haciendo conjeturas, lamentandose, llorando, quejando, afirmando y negando, creyendo y descreyendo.
Era guion de una pelicula de Alfred Hitcotch, de esas con misterios y suspensos, trenzas y ruedas, de gente complotando, o mejor dicho, fantasmas, si fantasmas complotando o atentando contra la vida. Gente. Gente que habla. ¿Porque? De algo se tiene que hablar. Hay ciclos. Hay momentos. Terminan y comienzan. De pronto el escenario cambia y las voces de pronto suenan como si vinieran de una habitacion contigua. Es asi. Los acabo de anular yo despues de que mi querido cerebro tratando de ayudar a mi alma dijo: "Ahora me desconecto, basta de huevadas, si el destino esta escrito en algun momento sera leido".
Viene entonces a mi la presencia de una ahijada. Una personita especial que realmente me sorprendio. Muchas veces me pregunte ¿para que estamos aqui?. Y sin saberlo, una de las que respondio a esta pregunta sin hacer fue ella. Una niña ya adolescente (como pasa el tiempo caramba) que nos eligio por esos caprichos de la vida, o quizas por una razon fundamental arraigada en lo mas profundo de su alma cantanda por los designios de sus propios dioses.
A veces no sabemos para que estamos pero de alguna manera iluminamos el camino de alguien que lo necesita. No nos damos cuenta, pasa desapercibido.
La taza de te se enfria sobre el escritorio. Solo veo una carta manuscrita en papel verde.
Un gran "PADRINOS:" adorna el encabezado con letra segura y firme. "Un gracias" y un "Me alegro de tenerlos..." salta a mitad de la carta, con destellos de sinceridad, con un toque de aqui estoy, con algo de corazon y una pincelada de espiritu adolescente.
Es casi imposible no emocionarse a la lectura de unas breves lineas impulsadas por una fuerza oculta que espera de alguna manera ser guiada, querida, escuchada...
¿Para que estamos? Para eso... para estar.... para estar para alguien. Para estar para nosotros. Para estar para mi mismo. Para vos.
Para escuchar o leer un "LOS QUIERO" y saber que siempre hay alguien que nos ve, nos habla, nos quiere, nos necesita.
Palabras sinceras de una adolescente.
Palabras de un corazon joven.
Era guion de una pelicula de Alfred Hitcotch, de esas con misterios y suspensos, trenzas y ruedas, de gente complotando, o mejor dicho, fantasmas, si fantasmas complotando o atentando contra la vida. Gente. Gente que habla. ¿Porque? De algo se tiene que hablar. Hay ciclos. Hay momentos. Terminan y comienzan. De pronto el escenario cambia y las voces de pronto suenan como si vinieran de una habitacion contigua. Es asi. Los acabo de anular yo despues de que mi querido cerebro tratando de ayudar a mi alma dijo: "Ahora me desconecto, basta de huevadas, si el destino esta escrito en algun momento sera leido".
Viene entonces a mi la presencia de una ahijada. Una personita especial que realmente me sorprendio. Muchas veces me pregunte ¿para que estamos aqui?. Y sin saberlo, una de las que respondio a esta pregunta sin hacer fue ella. Una niña ya adolescente (como pasa el tiempo caramba) que nos eligio por esos caprichos de la vida, o quizas por una razon fundamental arraigada en lo mas profundo de su alma cantanda por los designios de sus propios dioses.
A veces no sabemos para que estamos pero de alguna manera iluminamos el camino de alguien que lo necesita. No nos damos cuenta, pasa desapercibido.
La taza de te se enfria sobre el escritorio. Solo veo una carta manuscrita en papel verde.
Un gran "PADRINOS:" adorna el encabezado con letra segura y firme. "Un gracias" y un "Me alegro de tenerlos..." salta a mitad de la carta, con destellos de sinceridad, con un toque de aqui estoy, con algo de corazon y una pincelada de espiritu adolescente.
Es casi imposible no emocionarse a la lectura de unas breves lineas impulsadas por una fuerza oculta que espera de alguna manera ser guiada, querida, escuchada...
¿Para que estamos? Para eso... para estar.... para estar para alguien. Para estar para nosotros. Para estar para mi mismo. Para vos.
Para escuchar o leer un "LOS QUIERO" y saber que siempre hay alguien que nos ve, nos habla, nos quiere, nos necesita.
Palabras sinceras de una adolescente.
Palabras de un corazon joven.
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