(Era el momento justo. La hora exacta. El lugar preciso. Ella se me aparecio como un duende, o quizas como una musa de esas que te sorprenden de pronto en alguna noche oscura o una tarde desierta, o quizas era un hada. Camino hacia mi con suaves movimientos mirandome con sus grandes ojos color miel y me susurro al oido: "No voy a escribir mucho porque estoy escondida detras de dos letras (estoy gordita y con una no me tapo) y no quiero que los fantasmas puneños me descubran... voy por el tesoro escondido... eso si...si tienes algo que decirme... dimelo... sacalo... escupelo". ) Gracias, M.B.
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A veces, las palabras o mejor dicho, los pensamientos vuelan tan placidamente en los lugares menos pensados que me sorprenden. Uno deberia tener una grabadora en la cabeza para darle al REC a lo que te pasa en ese mismisimo momento.
A veces. Solo a veces.
Sabado y Domingo.
El sabado.
Hace unos dias atras.
Era de noche, algo asi como las veinte.
Entre polvillo de alguna pared recien lijada y algo de enduido plastico de los huecos recien tapados.
Polvillo secreto y misterioso. Si esas paredes hablaran dice el dicho y he alli lo infinito, lo tierno, palabra de vida y de muerte, de alegrias y tristezas. Ese polvillo removido la tarde del sabado en la casa de mi vieja, una habitacion enmudecida por la ausencia.
El tiempo pasa.
La vida corre.
Poco a poco siento que voy retomando ese camino alguna vez dejado por el desvio inevitable de las circustancias. Desvios de desencantos, desvios de desiluciones, desvios de tristezas y de sorpresas desagradables, historias mismas de confianzas perdidas (o quizas extraviadas por mi mismo o por actos propios o, simplemente, por ser como soy), aqui mismo y alla tambien. Un conjunto de situaciones que saltaron de la nada, de la sombra de la sorpresa que te toca la espalda, que toca la puerta para entrar a la casa de tu vida.
Realmente ahora, hoy puedo ver que el año que paso fue el tramo pozeado y casi olvidado de alguna ruta, de algun camino, sorteando pozos y sobreviviendo a ellos en mayor o menor intensidad.
Sabado. Domingo.
Sabado de lija. Domingo de pintura.
En contados momentos, en ese preciso momento en el que te relajas luego de haber pasado una espatula raspeteando los viejos manchones de una habitacion con historia de generacion, de haber removido alguna pintura vieja oculta bajo otra pintura, al igual que un tronco en el cual cada anillo te denota la edad del arbol, la pintura en algun sentido la delata igual. Despues de ese preciso momento en el que sellaste algun hueco dejado por un clavo que sostuvo el cuadro con una foto sepia de los abuelos o bisabuelos o quien sabe que pariente perdido del cincuenta o algun poster ochentero de David Lee Roth o Mr. Mister (seguro alguno tambien de Luis Miguel cuando en vez de cantar aullaba y que fue comprado a la salida del cine dspues de ver esa mala primer pelicula suya). Justo en ese momento de descanso ocurre lo bueno.
La cama estaba en el patio, bendecida por la luz de una luna creciente bajo un cielo totalmente despejado. No pude dejar de tentarme, no podia no darme el lujo de aprovechar la oportunidad que me brindaba ¿la circunstancia?.
La cama. Mi vieja.
La luna. Las estrellas.
La cama que habia sostenido en algun momento a mi vieja en su dolencia y en sus ultimos dias.
Me sente un momento en ella.
Luego me acoste.
Ahi.
Solo.
Bien.
Digo ..¿solo?.
No.
La casa estaba vacia.
Vacia pero llena de todo.
Recostado en la cama, la brisa fria de la noche me daba en la cara. Mis manos se calentaban en los bolsillos. Alli estaba el secreto de lo vivo. Al principio fue el cansancio que me puso alli, pero tambien de a poco la presencia de los recuerdos hacian que vaya tomando la importancia necesaria para arrancarme alguna lagrima con sabor a agradecimiento y a amor, amor eterno.
En el living la musica de Dido con su tema "Here with Me" hace eco y bañando todas las paredes de la casa se transporta hasta el patio mismo adornando la noche, complaciendo al espectador de esa magica hora noctambula. La musica, como siempre mi gran compañera, ( alguien dice que escuchamos o hacemos canciones para no estar solos y se que es asi pues llena tanto y acompaña mas que la presencia de un persona ).
Estaba en la casa de mi vieja repitiendo historia. Podia sentir la ausencia de su voz, de sus miradas, de los aromas perdidos ahora de los pastelitos de dulce de membrillo y su cigarrillo encendido. De sus mates lavados y el termo naranja shocking que un tio le habia regalado alguna vez. De su mirada suave y entera, siempre entera.
Quizas suene mal. Pero no es asi. El dolor se compensa con la alegria de la vida. En la vida se pierde y al mismo tiempo se gana.
Todo al final resluta positivo. Se que cuesta entenderlo, a veces no queremos entenderlo. Alguien dijo que para valorar la vida, alguien debe morir. Y cuanta razon hay en ello, pues todavia tengo la imagen en mi mente de Martina corriendo en el patio de la casa de mi vieja alimentando la emocion, la locura inocente de la infancia, algo por la cual pasamos todos, equilibra y auyenta el mal, todo dolor, toda falta. Llena tanto como este mismo minuto, esta misma hora de paz. Llena del polvillo y preguntando a cada rato ¿porque pintamos?¿porque lijamos?, llevandome a cada rato un matecito mientras me mira arriba de la escalera y me dice: "Toma, papi...". ¿Como no estremecerse en ese momento? ¿como no sentirse dichoso por lo que queda contigo?¿como no poder ver en esa mirada de tres años los reflejos de una abuela presente mimandola en el alma?
La muerte da vida.
La vida da muerte.
Es tan sencillo. Dificil de entender.
No hay que entender, solo hay que sentir. Hay que vivirlo
Nadie se ha ido, nunca se va, no puede desaparecer, no puede faltar. No se trata de negar por negar. Siento en lo mas profundo de mi corazon, en algun rincon de mi ser eso que no se puede describir, que no se puede nombrar. La certeza de la existencia misma.
La persona que se fue se queda de alguna manera, en los hijos, en los nietos y en todas las generaciones venideras. En estas mismas letras se encuentra plantada, estampada su voz y su amor. Dentro de esta inspiracion existe el sello materno que supo calcar en mis años de infancia y adolescencia toda virtud, todo defecto, todo valor, todo respeto por la vida misma.
Es un rueda de nunca acabar, que gira sin fin y que continua aunque no de una manera explicita como muchos quisieramos. Parte de la herencia de ella va en mi sangre ( y en la de mis hermanas tambien) y, como dije al principio soy como soy y gran parte gracias a ella. Nadie se va. Todo se queda.
Pierdo y gano.
La balanza perfecta.
Da y quita.
En realidad no es cuestion de posesion.
Sabado y frio. Estrellas y lunas.
De pronto....la parra se mueve de golpe en el patio y algo cae al piso cerca mio...el susto me asalta (tendria que poner que me cague de espanto pero no quedaria muy coqueto en la prosa). Era Nina, si la gata gris del lugar. Tengo que admitir que inmerso en las profundidades de la reflexion, sobre todo si pensas algun desaparecido, en la noche en un patio oscuro, que te caiga un maldito gato es casi un cuento de brujas que podria matarte de un infarto, pero me sorprendio y se me helaron hasta los pelos de la nariz.
Si. Es verdad, hace rato que no me sentaba a escribir y bue...aqui lo hago
Proximamente me voy a vivir a la casa de mi vieja. Algun dia contare la historia que guarda esa casa, un templo de la familia, algo imposible de abandonar, algo imposible de dejar a un lado. Si esas paredes hablaran...
El domingo fue de pinturas. Mi sobrino a la par me cebaba unos mates (lo carga, lo bate, le pone el agua a punto y luego le estampa la bombilla, le agrega mas agua y lo entrega con la bombilla apuntando hacia el invitado como señal de cortesia como le explique un par de veces... un acto... otro sello... se transmite... va de generacion en generacion... nada desaparece por completo... queda y para siempre...simple ¿no?).
Mientras yo pasaba un rodillo, mi hermana pasaba el otro, Frida limpiaba algunos zocalos manchados por la l pintura derramada.
Un domingo de pintura.
Un domingo de Otoño.
Un domingo de familia.
Un domingo como cualquier otro, con las presencias ausentes de todos los que pasaron por esa casa y con las voces vividas de los que quedamos para contarla, para transmitirla como un simple correo, como un simple mensajero que recorre los caminos mas extraños de la existencia.
...
UN HERMOSO FIN DE SEMANA
A veces. Solo a veces.
Sabado y Domingo.
El sabado.
Hace unos dias atras.
Era de noche, algo asi como las veinte.
Entre polvillo de alguna pared recien lijada y algo de enduido plastico de los huecos recien tapados.
Polvillo secreto y misterioso. Si esas paredes hablaran dice el dicho y he alli lo infinito, lo tierno, palabra de vida y de muerte, de alegrias y tristezas. Ese polvillo removido la tarde del sabado en la casa de mi vieja, una habitacion enmudecida por la ausencia.
El tiempo pasa.
La vida corre.
Poco a poco siento que voy retomando ese camino alguna vez dejado por el desvio inevitable de las circustancias. Desvios de desencantos, desvios de desiluciones, desvios de tristezas y de sorpresas desagradables, historias mismas de confianzas perdidas (o quizas extraviadas por mi mismo o por actos propios o, simplemente, por ser como soy), aqui mismo y alla tambien. Un conjunto de situaciones que saltaron de la nada, de la sombra de la sorpresa que te toca la espalda, que toca la puerta para entrar a la casa de tu vida.
Realmente ahora, hoy puedo ver que el año que paso fue el tramo pozeado y casi olvidado de alguna ruta, de algun camino, sorteando pozos y sobreviviendo a ellos en mayor o menor intensidad.
Sabado. Domingo.
Sabado de lija. Domingo de pintura.
En contados momentos, en ese preciso momento en el que te relajas luego de haber pasado una espatula raspeteando los viejos manchones de una habitacion con historia de generacion, de haber removido alguna pintura vieja oculta bajo otra pintura, al igual que un tronco en el cual cada anillo te denota la edad del arbol, la pintura en algun sentido la delata igual. Despues de ese preciso momento en el que sellaste algun hueco dejado por un clavo que sostuvo el cuadro con una foto sepia de los abuelos o bisabuelos o quien sabe que pariente perdido del cincuenta o algun poster ochentero de David Lee Roth o Mr. Mister (seguro alguno tambien de Luis Miguel cuando en vez de cantar aullaba y que fue comprado a la salida del cine dspues de ver esa mala primer pelicula suya). Justo en ese momento de descanso ocurre lo bueno.
La cama estaba en el patio, bendecida por la luz de una luna creciente bajo un cielo totalmente despejado. No pude dejar de tentarme, no podia no darme el lujo de aprovechar la oportunidad que me brindaba ¿la circunstancia?.
La cama. Mi vieja.
La luna. Las estrellas.
La cama que habia sostenido en algun momento a mi vieja en su dolencia y en sus ultimos dias.
Me sente un momento en ella.
Luego me acoste.
Ahi.
Solo.
Bien.
Digo ..¿solo?.
No.
La casa estaba vacia.
Vacia pero llena de todo.
Recostado en la cama, la brisa fria de la noche me daba en la cara. Mis manos se calentaban en los bolsillos. Alli estaba el secreto de lo vivo. Al principio fue el cansancio que me puso alli, pero tambien de a poco la presencia de los recuerdos hacian que vaya tomando la importancia necesaria para arrancarme alguna lagrima con sabor a agradecimiento y a amor, amor eterno.
En el living la musica de Dido con su tema "Here with Me" hace eco y bañando todas las paredes de la casa se transporta hasta el patio mismo adornando la noche, complaciendo al espectador de esa magica hora noctambula. La musica, como siempre mi gran compañera, ( alguien dice que escuchamos o hacemos canciones para no estar solos y se que es asi pues llena tanto y acompaña mas que la presencia de un persona ).
Estaba en la casa de mi vieja repitiendo historia. Podia sentir la ausencia de su voz, de sus miradas, de los aromas perdidos ahora de los pastelitos de dulce de membrillo y su cigarrillo encendido. De sus mates lavados y el termo naranja shocking que un tio le habia regalado alguna vez. De su mirada suave y entera, siempre entera.
Quizas suene mal. Pero no es asi. El dolor se compensa con la alegria de la vida. En la vida se pierde y al mismo tiempo se gana.
Todo al final resluta positivo. Se que cuesta entenderlo, a veces no queremos entenderlo. Alguien dijo que para valorar la vida, alguien debe morir. Y cuanta razon hay en ello, pues todavia tengo la imagen en mi mente de Martina corriendo en el patio de la casa de mi vieja alimentando la emocion, la locura inocente de la infancia, algo por la cual pasamos todos, equilibra y auyenta el mal, todo dolor, toda falta. Llena tanto como este mismo minuto, esta misma hora de paz. Llena del polvillo y preguntando a cada rato ¿porque pintamos?¿porque lijamos?, llevandome a cada rato un matecito mientras me mira arriba de la escalera y me dice: "Toma, papi...". ¿Como no estremecerse en ese momento? ¿como no sentirse dichoso por lo que queda contigo?¿como no poder ver en esa mirada de tres años los reflejos de una abuela presente mimandola en el alma?
La muerte da vida.
La vida da muerte.
Es tan sencillo. Dificil de entender.
No hay que entender, solo hay que sentir. Hay que vivirlo
Nadie se ha ido, nunca se va, no puede desaparecer, no puede faltar. No se trata de negar por negar. Siento en lo mas profundo de mi corazon, en algun rincon de mi ser eso que no se puede describir, que no se puede nombrar. La certeza de la existencia misma.
La persona que se fue se queda de alguna manera, en los hijos, en los nietos y en todas las generaciones venideras. En estas mismas letras se encuentra plantada, estampada su voz y su amor. Dentro de esta inspiracion existe el sello materno que supo calcar en mis años de infancia y adolescencia toda virtud, todo defecto, todo valor, todo respeto por la vida misma.
Es un rueda de nunca acabar, que gira sin fin y que continua aunque no de una manera explicita como muchos quisieramos. Parte de la herencia de ella va en mi sangre ( y en la de mis hermanas tambien) y, como dije al principio soy como soy y gran parte gracias a ella. Nadie se va. Todo se queda.
Pierdo y gano.
La balanza perfecta.
Da y quita.
En realidad no es cuestion de posesion.
Sabado y frio. Estrellas y lunas.
De pronto....la parra se mueve de golpe en el patio y algo cae al piso cerca mio...el susto me asalta (tendria que poner que me cague de espanto pero no quedaria muy coqueto en la prosa). Era Nina, si la gata gris del lugar. Tengo que admitir que inmerso en las profundidades de la reflexion, sobre todo si pensas algun desaparecido, en la noche en un patio oscuro, que te caiga un maldito gato es casi un cuento de brujas que podria matarte de un infarto, pero me sorprendio y se me helaron hasta los pelos de la nariz.
Si. Es verdad, hace rato que no me sentaba a escribir y bue...aqui lo hago
Proximamente me voy a vivir a la casa de mi vieja. Algun dia contare la historia que guarda esa casa, un templo de la familia, algo imposible de abandonar, algo imposible de dejar a un lado. Si esas paredes hablaran...
El domingo fue de pinturas. Mi sobrino a la par me cebaba unos mates (lo carga, lo bate, le pone el agua a punto y luego le estampa la bombilla, le agrega mas agua y lo entrega con la bombilla apuntando hacia el invitado como señal de cortesia como le explique un par de veces... un acto... otro sello... se transmite... va de generacion en generacion... nada desaparece por completo... queda y para siempre...simple ¿no?).
Mientras yo pasaba un rodillo, mi hermana pasaba el otro, Frida limpiaba algunos zocalos manchados por la l pintura derramada.
Un domingo de pintura.
Un domingo de Otoño.
Un domingo de familia.
Un domingo como cualquier otro, con las presencias ausentes de todos los que pasaron por esa casa y con las voces vividas de los que quedamos para contarla, para transmitirla como un simple correo, como un simple mensajero que recorre los caminos mas extraños de la existencia.
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UN HERMOSO FIN DE SEMANA
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