Pasando al vuelo por La Huida me quedo la idea de "un corazon no se endurece porque si".
Tal cual como el veneno propio de cualquier alimaña, actuando a diario en el torrente sanguineo, inmuniza al ser vivo, luego de dolores y molestias, alucinaciones, fiebres y quien sabe que otro sintoma actuando desde un inicio.
Asi de esa misma manera actua el corazon o el alma, haciendo a uno inmune a tal dolor o sufrimiento. Una cuestion de supervivencia.
De las debilidades y sus secretos vienen las fortalezas.
En un post anterior tambien dije que "Yo soy una persona extraña que te muestra primero sus peores aspectos y al que hay que explorar si realmente quieres encontrar algo bueno"
Abrirse paso en la espesura de los montes internos es un trabajo sensible y de mucho cuidado. Explore los sentidos tratando de encontrar aquel misterio perdido con la conciencia de que ese tesoro y su belleza solo serian asi a mi vista, producto de mi contemplacion, de mi admiracion y que nada ni nadie podria hacerme cambiar de idea sobre el gran poder de su valor.
Y fui llegando (al menos eso senti durante mucho tiempo) al interior, al hueco, cruzando mareas y tormentas, vientos y huracanes, quizas me sentia mas afortunado que Indiana Jones en plena aventura de pasion descontrolada evadiendo peligros y sorpresas.
Toda una aventura.
Una aventura en solitario.
La jungla se cierra sobre las columnas derruidas del corazon. Se cierra para cobijar y hacerlo crecer de alguna manera, mas fuerte, inmunizado a estos azotes.
Se hara mas espesa y mullida, para que aquella que quiera explorar, lo haga con mas esfuerzo, con mas paciencia a pesar de los peros y los obstaculos. Sera aquella cuyo espiritu aventurero se atreva a llegar mas alla de lo comun, de lo conocido, guiandose por la atrevida palabra de su propio corazon.
Inmunizacion.
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