Aquí me encuentro. Encerrado en mi oficina casi desteñida en la calurosa ciudad de Perico. El aire acondicionado ronronea como una gata en celo, tratando de alejar el calor de esta habitación para hacerla meramente habitable.
Todo esto contrasta momentáneamente con el aroma de un sahumerio que humea tímido en una esquina, desparramando su dulce halo floral, aportando equilibrio y armonía al sentido del olfato.
También suena "Come Rain or Come Shine", un dúo fantástico donde B.B. King junto a Eric Clapton interpretan sus fantásticas notas acariciando mis oídos.
Encuentro la lejanía de la realidad en este momento. Una realidad que por otro lado se muestra con notas y tintes oscuras, grises apagados envueltas en climas exacerbados.
Y me cuesta comprender entonces a esta raza humana. Una raza que posee el uso de la razón, la inteligencia y dice ser poseedora de un alma, algo que lo distingue de cualquier otro animal.
Una raza agrupada o mal llamada sociedad, donde de a poco, los verdaderos valores, la coexistencia de las diversidades, la integridad de la armonía han ido desapareciendo lentamente para transformarse en un clima hostil, atosigado de confrontaciones y luchas sin sentido, donde nadie escucha, todos imponen o en caso contrario, no les importa un verdadero pomo.
No se porque reflexiono sobre esto, pero seguramente la falta de coherencia por parte de la gente que puede o que tiene el poder de dar cordura a una nación, a un estado, a un pueblo, poco esta haciendo para equilibrar las diferencias, apostando mas a ella que calmando los ánimos discrepantes de todos los sectores.
El Gobierno pelea con la oposicion, la oposicion critica al Gobierno. El gobierno se pelea con el campo. El campo se pelea con el gobierno. Si no estas con el gobierno, sos un traidor, si estas con el campo, sos un maldito oligarca. Si no sos nacionalista, sos capitalista, si no sos capitalista, sos un zurdito. Si no sos blanco millonario, sos negro indio, si no sos negro oprimido, sos blanco conquistador. Si sos funcionario, sos corrupto. Si sos Clase media, sos un gorila idiotizado por los medios. Si los medios critican al gobierno, son un elemento desestabilizador. Si el gobierno critica o actúa contra los medios, están cercenando la libertad de expresión. Si pedís policía, sos un facho milico de mierda. Si pedís un plan trabajar o vas a cortar la ruta, sos un piquetero de mierda. Los profesores se pelean con los estudiantes. Los estudiantes se pelean con la educación. La salud pelea con el gobierno, el gobierno con la salud. ¿Sigo? Todo el mundo contra todos, nadie resuelve. Todo se confronta. Nadie acepta, nadie quiere sincerarse.
No, mejor no sigo. Podría seguir por el resto del día, la semana, golpeando este apedreado teclado negro, que apenas divisa las letras blancas de tan gastadas. Prefiero volver a llenar el mate marrón que mi hermana me trajo de recuerdo de Córdoba.
No se que es lo que sucede, pero la imagen de una gran nación, de un gran pueblo, en lo mas profundo de mi interior va cayendo hacia un abismo, en caída libre, en picada, sin paracaídas ni nada, o mejor dicho nadie que evite, o aunque sea disminuya el malestar del porrazo.
Y es que en algún lado de mi ser, hay un cansancio de las noticias, de las farsas comunes diarias por parte de todos, absolutamente todos, pues nadie esta exento de pecar en estos días, gracias a las soberbias, a la falta de coherencia, la falta de acción y sobre todo, la falta de ocupar cada cual su verdadero lugar, comenzando por los presidentes, gobernadores, funcionarios y políticos en cuya manos esta el verdadero poder de organizar y llevar adelante una nación pujante.
También son responsables aquellas agrupaciones, que en afán de reclamar lo que es justo y digno, recurren a la violencia, a la intimidación, a la presión y al atropello invadiendo mi vida, tu vida, la vida de todos mientras se burlan día a día del verdadero derecho que uno tiene, que es el de vivir en paz y armonía.
Pero todo esto son simples detalles. Un claro reflejo de una sociedad devaluada y castigada por la virulenta ideología de que mirando el pasado, uno construye un futuro mejor o de que un clientelismo que subleva al individuo obligándolo a abandonar su propia dignidad con fines políticos es mejor que ser dueños de sus propios sueños y deseos.
No se a donde me arrastra este accionar, pero la verdadera tristeza me embarga el alma y se me duplica al ver a un pueblo dividido en facciones, en grupos, en tajadas diezmadas por el oscuro filo de la ambición, el poder, el dinero y una acérrima desinteligencia, mientras las verdaderas cosas importantes, pasan al lado nuestro como un tronco podrido y muerto surcando un viejo rio.
El hambre. La educación. La pobreza. La desnutrición. La salud. La dignidad del autentico trabajo. Los significados de las palabras que nuestros abuelos nos enseñaron como “respeto”, “valores” y “principios”. Y sobre todo la fuerza, la excelencia y la pureza que antes poseía la "palabra". Un don de antaño, lastimado y enterrado detrás de miles de mentiras y falsas promesas, de cambios de bandos y vueltas panqueques, de traiciones y engaños, de gente que no escatima en tomar al pueblo como un verdadero estúpido, de tenerlo de hijo, de limpiarse con su indiferencia aquella parte del cuerpo que todos conocemos, sin importarles mínimamente cuales puedan ser las consecuencias.
Eso es, amigos míos. Una profunda tristeza por un país desgarrado por el desorden, por la inoperancia de sus políticos, por la agresividad de sus organizaciones sociales, por la actitud errática de los gobernantes, por una "incompetente" justicia para nada objetiva, por una sociedad apabullada por la histeria colectiva y la sed de poder.
Se que ahora, en este momento, San Salvador de Jujuy esta sitiado. Cortes. Quema de gomas. Manifestaciones. Reclamos. No se quien puede tener razón. Si el blanco o el negro, si el vago o el trabajador, si la mujer o el hombre. Pero todo esto va mas allá de toda comprensión.
Quizás, como lo dije alguna vez por allí, lo único que nos quede, es que TODOS desaparezcamos. TODOS. Como lo hicieron los VERDADEROS aztecas y de los cuales nadie sabe como una gran civilización se esfumo.
Bueno, creo que eran ellos.
Desaparecer por completo para dejar en manos de la naturaleza, la creación de una verdadera sociedad, mas limpia, joven, sin el virus de la ambición y el único deseo de remar, en conjunto hacia adelante. Todos. Dejando el maldito pasado de una vez por todas. De dejar a un lado todas las falsas banderolas que supuestamente reivindican algo, pero que no son mas que una farsa carnavalesca llena de aprovechadores y viejas mañas dignas de un astuto zorro.
Y esto es para vos. Para mi. Para el de la esquina. Para el pobre y el rico. El alto y el bajo. Cada uno ocupando su lugar y trabajando como debe ser. Legislando. Produciendo. Construyendo. Justiciando. Generando. Saneando. Y por sobre todas las cosas EDUCANDO.
Que iluso ¿NO?
El agua del termo se ha acabado. Y el mate todavía tibio señala con su calor que todavía da para unos cuantos mas.
Voy a poner mas agua, mientras, esperare envuelto en la nostalgia de la fe, el regreso al camino correcto. Un camino que a mi hija le sirva como argentina, como niña, como adolescente y como adulta para que el futuro le traiga paz, armonía y esperanzas de una Argentina mas saludable.
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