lunes, 24 de octubre de 2011

¡¡ Ya no se puede ir ni a la plaza a comer un choripan!!


Un montón de horrorizadas colegialas del Instituto de la Sagradísima Consternación Asustada de San Salvador, me escriben diciendo “¡qué barbaridad lo de ayer ¿cómo puede ser que en el siglo veintiuno sigan pasando estas cosas?”. “El mundo se ríe de nosotros, a este país lo c**ó el peronismo. Y ahora el Kirchnerismo”, etc.

Como hombre, bien, bien hombre, les recomendaría que se encierren en su casita bajo cuatro llaves y arreglen con alguna de esas tías gordas que los han criado, los han mantenido hasta los cuarenta años y encima les dejan todas sus pertenencias, como la casa, el viejo pekinés rengo y el cucú de pared sin ni siquiera transpirar una sola gota;  para que les pasen lechita tibia por debajo de la puerta cada 48 horas. En un acto de sinceridad yo, simplemente les tiraría la puerta abajo y les sacaría plata para una ginebra (ni siquiera vale la pena que trate de corregirlos a cinturonazos).

Pero voy a comentar discretamente sobre política, sin ponerme en el papel de un comentarista político (lo único que me falta es salir a comprar chombas polo amarillitas para vestirme ya  y ahí que te juro que me inmolo) les pregunto a estos corderos capones: Y si no se puede ir a comer un chori o tomar un vino a la plaza para festejar el triunfo, ¿entonces a dónde? .

En primer lugar, en un acto eleccionario, o una fiesta partidaria, que es medio lo mismo, es cuando la gente se pone a poner las cosas en perspectiva. Piensan en lo corta que es la vida, que los gustos hay que dárselos en vida, etcétera, y ahí es cuando te empiezan a pensar que esta puede ser su única oportunidad de ligar alguito gratarola aplicando la lógica de “Mientras venga de arriba, aunque sean rayos”, como en este caso, comerse el chori y tomarse un vino a la vieja usanza sin costo alguno. Claro que las oportunidades suelen darse muy seguido y de pronto es como que se están mal acostumbrando y ya te toman para el churrete, lo que requeriría algunas medidas correctivas, pero ese es otro temita.

En segundo, la gente se pone nerviosa, emocional, se emborracha, una cosa trae la otra, vení para acá, andá para allá y en cualquier momento se arma; sólo a la casualidad le debemos que no haya una masacre en cada fiestita de estas. Pero me parece perfectamente lícito festejar. Yo particularmente hubiera sacado mi magnum y hubiera hecho unos cuantos tiros al aire pero la verdad que disparar al vacio no me va, me parece muy revolucionario, típico de zurditos el temita y la cosa ya no me agrada mucho que digamos.

Y tercero, tengamos en cuenta que estamos mas cerca del puré de mollejas que de la salsa golf, y aquí se esta yendo todo al joraca. Recordamos un poco a “Mad Max”, en cualquier momento vamos a estar en un mundo totalmente primitivo, rodeado de futbol, fogatas con ministros guitarreros y grandes choripaneadas populares y ahí te guste o no, solo sobrevivimos los hombres, bien, bien hombres.

Así que revean sus cuestionamientos un poco más, vayan calzándose los guantes, o mejor aun sugiero las manos desnudas,  que no soy su maestra jardinera para estar explicándoles cómo es todo, todo el tiempo.

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