jueves, 1 de diciembre de 2011

¡¡ Webloguero experto en demolición de guiones cinematográficos plúmbeos critica al Hijo de Nadie !!


254-the-son-of-no-one-latest-movie-posterCada mañana que despierto, mi carácter polémico y sarcástico esta plasmado de diatribas y opiniones controvertidas dispuestas a ver la luz del éxito; tantas que a veces me cuesta decidirme y me tranco y me digo cosas como ¿será esto acaso una genialidad prospera y digna de la atención de una humanidad insensible, mediocre y primitiva o simplemente es un esputo sin sentido de un tuberculoso moribundo que quedara en el olvido?. Por suerte la cartelera cinematográfica (pirata, claro, no van a pensar que voy a andar alquilando películas o comprando originales, con la crisis que hay) acude a mi dulce morada y toca la puerta para transformarse en mi tabla salvadora dándome la excusa perfecta para reciclar un viejo articulo en estado de descomposición literaria, gracias a la humedad del ultimo cajón de mi escritorio.

Esta vez el film en cuestión es “El Hijo de Nadie”, una historia policial que retrata la vida de, básicamente un hijo de nadie. Desde el vamos, el tinte huerfanico que adopta el guion me deja un poco desmoralizado y aburrido de antemano. En el actúan un muchachito de mentón fuerte, masculino que siempre anda haciendo pucherito (tiene labios carnosos, algo que a las chicas sensibles y algunas divorciadas las excita) y mordiendo fuerte para que se les marquen las mandíbulas. Lo acompañan Al Pacino, nada menos que “Tony Montana” pero en una versión ligth categoría amas de casas. También acompaña Juliette Binoche con su distinguida cara de “Te sin azúcar” típica de Blue, Blanc Rouge y eso ya no me hace gracia. Esta Ray Liotta, un tipo duro, bien bien malo. Un hombre denserio. Y Katie Holmes, una minita que ni fu ni fa. Todo un elenco  de aparente importancia.

¡¡ Y Ray Liotta, viejo!! ¡¡Ray Liotta!!  siempre pateando cabezas, disparando balas o drogándose hasta la hernia.

Pero no, nada que ver.

Desde los inicios, pasado el cartelito de las compañías, comienza una musiquita con efectos anestésicos que a los 15 minutos nos entrega atados y sin ningún reparo a las garras de Morfeo, por eso recomiendo no verla un día viernes a la noche, o un sábado a la noche, o un domingo a la siesta. Y sino, con una buena dosis de cocaína zafamos.

Se hace presente el temita de la inimputabilidad de menores y aparece un mocosito que anda matando gente sin querer. Y después se la pasa llorando. Pero mata. Sin querer. O sea. Inocentemente te dispara y llora a mansalva largando mocos y mocos de arrepentimiento infantil y arroja a otro por las escaleras, creo, no recuerdo bien, esa parte la vi con el ojo izquierdo lleno de lagañas, el único ojo que tenia despierto en ese entonces.

Y lo acompaña un negro sufrido. No es que tenga algo en contra de los negros, pero vos viste, un negro sufrido es un negro sufrido. Y las drogas. Y la marginalidad. Muy bien que digamos de la cabeza no esta y se lo llevan a un psiquiátrico donde le inyectan cosas, creo, no recuerdo bien, porque me dormí esa parte. ¿O era yo el que me inyectaba? No se.

Por el otro, un policía, problemas familiares, como si uno no tuviera suficiente miseria con la realidad, la vida del agente típica dura, con una mujer hinchapelotas con los rutinarios reclamos de ausencia, que no saca la basura, que no lava los platos, que el laburo le queda lejos y otras quejas domesticas donde la mujer habla, habla, habla y cada palabra nos recuerda a la nuestra y…. bueno, la verdad… tampoco recuerdo que mas sigue ahí porque, ronquido de por medio, me despierto dando manotazos a la nada, cuando casi me ahogo con mi propia saliva ¿viste que feo eso?.

Retomada la conciencia, veo que a la historia se le suma un buchón anónimo que acosa al mocosito, o sea el policía adulto que viene a ser el hijo de nadie, con un secretito de esos perturbadores lleno de intriga, misterio y suspenso que el film no tiene porque mi dura lucha por mantenerme atento al guion y los sucesos, no da resultado y sucumbo en los placeres del sueño eterno.

Tres mosquitos y sus respectivas picaduras después, en la parte mas dolorosa de mi adolescente cuerpo, o sea el tobillo, me despierto y veo a un a periodista densa como la ceniza volcánica del Puyehue que amenaza publicar en el diario la verdad de ese secretito, un par de asesinatos mientras Al Pacino se la pasa repitiendo “Hello, Milk”, apodo lácteo que usa para dirigirse al chico llorón, o sea el policía que hace pucheritos.

En fin, una película dramática, dura y despiadada que te mantiene entre la realidad personal y el sueño maldito, una lucha constante por mantenerte despierto. ¿Lo mejor de la película? los títulos del final, la meta, la llegada, la culminación del sufrimiento del sueño no concreto. Los títulos que te avisan que ahora si, podes levantarte del futon e irte a mear y a lavarte los dientes tranquilo para dormir como Dios manda, con la conciencia tranquila de que lo peor paso.

En fin, una película. Solo eso. Digamos que por ser pirata y porque no me costo nada le doy un 3. Además hacer una película debe ser mucho trabajo. (Yo apenas termine de escribir estas cuatro líneas y ya estoy agotado, por ejemplo)

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