La cosa viene así. Si en la vida diaria necesitas mas de tres palabras para poder hacer entender a la gente de que laburas, entonces tu trabajo no es de verdad. Ejemplo: Si sos bombero, simplemente diciéndole al mundo que sos “bombero” ya saben que anda lidiando con llamas, quemados, explosiones o búsqueda de algún fiambre (porque eso también hacen los bomberos). O si sos enfermera, diciendo el sustantivo simplemente ya saben que te la ves con agujas, bandejitas inoxidables, sueros, enemas, chatas, papagayos y todas esas cosas. Ya esta. No se necesita mas de segundos para especificar algo.
Ahora si tenes que decir “Soy Jefe de Facturación y Cobranzas de un Consorcio de Riego”, ahí, justito ahí, ya comenzamos mal. Pero lo peor es la explicación. “Bueno mira, yo trabajo en un Consorcio de Riego, una empresa hibrida entre lo estatal y lo privado que administra el sistema de riego, provee un servicio y por él cobra. ¡ah! ¡ah! Para que no termino ahí!! Sin fines de lucro. ¡Ahora si!”. La gente arruga la nariz y comienza a hacer un ruidito medio raro tipo “mmmmmmmmmmmmmm”. O ponele que me explaye sobre mi segundo oficio, Webloguero Profesional “Yo escribo cosas. Muchas. Bueno, a veces. Otras no tantas. En fin. Escribo. En medio electrónico para deleitar a la masa perdida, afligida, deprimida. Les llevo una gota de esperanza a sus hogares demolidos por la rutina diaria, la inflación, la crisis financiera y bla, bla bla bla”. Y ojo. Que aclaro “Profesional” a continuación de “Webloguero” porque de esos hay muchos, demasiados, y es retop, te distingue de la plebe la palabra Profesional. Es como un símbolo de jerarquía que el trabajador suele autodedicarse porque sino es menos, del montón, de los muchos. Al final y al cabo son la misma c####a. Entonces te quedan mirando con la interrogante de "¡Che, loco! ¿Es un trabajo de verdad?”
Entonces reflexiono antes de aleccionarlo con unas cuantas patadas de karate. ¿Que es un trabajo de verdad? porque la verdad no conozco a nadie que hombree bolsas en el puerto. Claro. Aquí no hay puerto. Que se yo, conozco algunos maestros, un par de arquitecto, un ortodoncista, dos abogados, una enfermera y uno que otro vendedor de sahumerios y sales de baño. También plomeros, gasistas, electricistas y albañiles, pero que vienen a arreglar lo que yo definitivamente no puedo por desconocimiento de causa con justificación.
El resto de las personas que trato a diario trabajan en distintas labores haciendo cosas indeterminadas. Como las artísticas, cantar, bailar, tocar la guitarra. O las espirituales sanadoras como yoga, Tai-chi y esas cosas de ociosos. O en algo de “Internet”, o tal vez ofreciendo servicio de algo. Cuando te empiezan a contar sus labores, no hay forma humanamente posible de que logren hilar dos palabras acerca de lo que hacen ahí todo el día. Si les preguntas .¿y hoy qué hiciste?. empiezan con .eeehhh., .aaaahhh., .esteeee., .nooo, pila de laburo., .no, no sabes, todo el día enfrente de la compu. (porque TODOS están frente a la compu) y después te cuentan algo BUENíSIMO que encontraron en youtube, en los diarios o en mercado libre.
Pero después, los viejos oficios que solían aparecer en los manuales escolares o las antiguas profesiones contadas de generación en generación como el verdadero artífice del aguardiente y sus secretos de destilación, el fabricante de embutidos, dulces; el arte de construir la casa con tus propias manos al mejor estilo Familia Ingalls; El bombero a caballo. La maestra jornada completa llena de amor incondicional para con sus alumnos. El Albañil amigo que llegaba a las 6.00 a.m. a la obra. El policía amable y dispuesto a sacrificarse por un gatito en la copa de un árbol. ¡El doctor! ¡loco! ¡El doctor puntual, de trato ameno y a domicilio!. ¡Y la enfermera, la enfermera dedicada, amable que mas parecía una tía conocida que una extraña!. ¡No existen más! ¡No los conozco! ¡han desaparecido!.
Claro, me van a decir que la gente que tiene trabajo en serio no esta todo el día frente a la pc, y por lo tanto no pueden poner comentarios, ni mandar mails, ni aparece “online” en el messenger. Entonces como que no existen. Aunque hoy en día con los diversos planes nacionales que acerca tecnología a los sectores mas necesitados, tal suposición queda lisa y llanamente descartada. Así podríamos tener “en línea” al vendedor de plumeros y escobas.
Entonces, hoy en día, el trabajo en serio, en serio, bien, bien de hombres, como tener que salir a carnear tu propio alimento o pedalear kilómetros sin moverte del lugar para afilar una tijera de podar, es una especie en extinción. ¡Dejémonos de joder! ¡sincerémonos! La vida 2.0 es de lomo virgen y de manos sin ampollas, esto sin tener en cuenta la flagelación social de los planes descansar donde estas vos, vos y vos, ¡espera!, ese que esta la lado tuyo tambien y vos. A diferencia de las mías, que de vez en cuando se endurecen rudamente al ahorcar algún productor desaforado cuando me escupe restos de hojas de coca y bica en mi escritorio (porque yo tengo escritorio y denserio).
Sea como sea, probablemente estarás todo el día frente a la compu (jugando al “Cityville”, que es re gracioso) una y otra vez diciéndote a vos mismo lo AGOTADOR que es trabajar hasta el día de tu Jucio Final, cuando te encuentres con el alma de algun maestro mayor de obras y como castigo te mande a revocar la pared celestial del purgatorio.
¡Pico y pala, mierda! ¡Pico y pala!
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