Quizas te haria un sillon de petalos de rosas para que reposes en ellas las tristezas que te cansan.
O quizas haria un camino desde el cielo a la tierra para volar en las fragancias de tiernos momentos enjaulados en las mazmorras de los sueños caminantes.
Quizas rociaria algunos petalos en las aguas de tus baños relajantes para que se mezclen las texturas suaves, los perfumes naturales, para que adornen ese extraño envase que guarda el alma prisionera que ansia ser libre.
O quizas los pintaria en un oleo colorido en los lienzos blancos de tiempos feroces, de tiempos ajenos, de tiempos solitarios que borraron los matices de esos sentires.
O simplemente los pondria en tus labios para confundirlos con ellos solo para saborearlos salvajemente envuelto en ese placer sediento de tus aguas y tus sales.
O quizas haria un gran colchon de ellos para revolcarnos en el hasta el hartazgo de vivir la carne purpura y los verdes frescos de pasiones aceleradas.
O quizas...simplemente los admiraria sobre tus pechos.
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