viernes, 15 de julio de 2005

De cuadrilateros y estupidos embistes.



Me sente en la esquina esperando la nueva campana.
Escupi aquel protector bucal.
Me seque la transpiracion.
Pensaba en arrojar la toalla.
Por otro lado sentia la furia de un chacal herido, la bravura de un toro endiablado esperando asestar el golpe mortal que lo llevara al triunfo o abandonarse a la derrota.
El publico espectante alentaba uno y a otro. Alentaba al combativo, al gladiador, al despiadado, al frio y calculador golpeador.
La otra parte alentaba al que respetaba mas, al que media los golpes pensando en que podia hacer daño, reflexionando que cada paliza dada seria lamentable.
La lucha interna me estaba carcomiendo.
Estaba dividido.
Como lo estas vos a veces. Exactamente igual, debatiendote entre el bien y el mal.
Buscando con la santa paciencia el equilibrio perfecto para no ser un estupido y a la vez no caer en los caminos de la furia enceguecida, al igual que el toro queda ciego ante el maldito movimiento de la capa cuyo color anuncia la propia muerte.
No pude negar mi condicion de taurino, a quien la gente pareciera medir poniendo a pruebas la casi extinta paciencia y aun asi trato de no enloquecer en los caminos de la bronca, de no morir en mi propio veneno.
Lucho por unos instantes debatiendome entre ser insensible, garca, malicioso y perverso, buscar al enemigo y hacerlo morder el polvo, hasta he deseado la muerte de algun hijo de los que me nublan el camino. Y la perversion despiadada en su maxima expresion floreciendo de los rincones mas candentes del infierno al mismo tiempo que ardo en sus llamas.
Pero esquivo los golpes bajos. Me arrepiento y reflexiono. Me ablando pensando en que nadie esta aqui, a mi altura, y jamas me pondria a la altura de mis enemigos, esos que te abrazan, te dan la mano, y a la vez, vos de espalda, sentis el frio metal de un vidrio roto clavandose en tus pulmones. En tu corazon. Me oculto detras del escudo del refran que dice que "todo lo que va viene dos veces" o en el otro "todo lo que sube tiene que bajar".
Mi combate interno a 12 rounds por ser in reverendo HDMP o ser el que siempre ha sido, pacifico y sin meterse con nadie esperando que esta ultima eleccion sea respetada con dignidad y hombria.
Se que he desentonado con estos tiempos tiranos donde la muerte de la palabra y la rectitud ha sido signos diarios de esta sociedad perdida. Extraño el poder de la palabra y el respeto.
Escupo la pegajosa saliva en el balde luego de estos rounds donde no hay vencedor, tampoco perdedor, hay solo heridas de creer en la gente y las buenas costumbres. No las hay.
Me ajusto los guantes mientras el maldito publico aplaude enloquecido, exactamente igual que una manda de animales estupidos y salvajes, incoherentes y malolientes amante de la destruccion.
Yo mientras tanto sigo bañandome en el veneno de la realidad, pasando por las etapas que la furia o la ira te abre en su camino.
Me pregunto si estaran todos complotados para probar los limites de mi paciencia, que con el paso de los años cultive animosamente y que se ha transformado, gracias a mi, en un pilar de sosten de mi vida.
Y espero. Espero la campana.
La campana o la toalla.
La furia o la calma.
Espero ansioso un "Hola Alberto. ¿como estas?" salvador o aguantar ese "Ring" para seguir en la lucha.
Golpear.
Respirar.
Buscar.
Ese silencio absoluto que existe solo debajo del mar se torna tan ansiado, tan esperado, que te cubra con ese manto maternal para no volver a moverte y levitar en sus profundidades hasta encontrarte, hasta volverte uno solo, en paz, en calma, solo ser y que me dejen ser.
Me siento como la enorme bestia oscura temida y furiosa capaz de ser calmada con el destello de tu mirada. Domada con tu piel de luna llena tersa y blanca. Reducida a la minima expresion carnal solo con el roce de tu cabello en mi mejilla.
Me retrucaron las palabras que alguna vez dije. Volvieron como un boomerang. Pero lo mas simpatico de todo esto es que cuando hable y largue mis palabras, las mias fueron de aliento, de onda, de buscarle lo positivo. Pero se transformaron y regresaron violentamente. No creo que sirva de mucho mencionarlo, es triste.
Nadie quiere ver gente idiota, todos quieren ver sonrisas.
Hoy no tengo ninguna. Las perdi a la vuelta de la esquina, pero ya las encontrare de nuevo.
Solo quiero descansar.
(¡¡RING RING!!)

Ahi vamos....

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