martes, 24 de mayo de 2005

Los grises de la ruta.


Asi, de esta manera se me apetece por recorrer estas largas rutas, estos viejos caminos, a veces transitados, o a veces solitarios.
Asi, como se ve mas alla del horizonte, junto el sabor de sentir, y sentir el sabor de vivir estos largos trayectos.
Lo que me da de pedalear es la gracia de cruzarme con aquella gente que te pasa veloz, en busca de objetivos, de triunfos y superaciones. De decir llegue primero o llegaste al ultimo.
Cruzo algunos tambien tirados en la ruta, sentandos y dejados, penados o penantes. Cabizbajos o aletargados.
La ruta me llama. Me tienta. Algo alla al otro lado de ella, en el otro extremo, me arrastra como la luz mala. A veces no se que hay, no se que espera o que me espera, no se a donde voy, no se que encontrare. Solo voy.
Sigo adelante y me detengo cuando solo necesito restarurar mis fibras internas.
Puede que aveces solo haga un alto ante la presencia de algo milagroso. Quizas un cielo, o porque no una lluvia reparadora, un ave en solitario, o el verde de verano, los campos de margaritas, o las fragancias de la lavanda.
Sacar y esparcir las redes de mis sentidos todosm abiertos para atrapar ese momento, transformarlos en alimento del motor de mi alma y continuar.
Esa es mi ruta, la ruta de ningun lugar, la ruta que no conduce a nada, solo la ruta que va y viene. A veces asfaltada, otras veces de tierra y ripio, andares suaves, y andares bruscos. Algunos porrazos, algunas bajadas, subidas dolorosas, bajadas aliviantes.
A veces solo, otras acompañado.
Asi es como vivo la ruta, como vivo la senda, como siento el andar por estos caminos a veces errantes, y otros seguros.
Me dijeron al pasar por ahi "yo solo se de negros y de blancos" y fue cuando descubri que los grises eran los mios, paso como un pendulo por un negro y agarro vertigo y velocidad, adrenalina y sudor. Luego pinto en blanco las palmas del suspiro, el reparo del descanso, y los suaves 15 km/h. Es ahi entonces donde la gris carretera me toma prisionero del andar para no dejarme, para no abandonarme, se apodera de mi corazon, estimula mis musculos.
Y ahi voy. ¿A donde? ni idea. Solo voy.
Andar.
Andando.

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