Estaba observandote a traves de mi reflex, buscando aquel angulo preciso, ese enfoque que podria derivar en la toma esperada (no perfecta, sino pecaria en mi alma de artista ese ego disfrazado de humilde).
Regule aquel diafragma frivolo tratando de que la luz no dañara los contornos, los contrastes. Deslice el dial para determinar una velocidad adecuada para la obturacion para que cuando parpadee, capte los limites de blancos y negros en su mas sana imagen, que implante perpetuo en el negativo la imagen que me diria "Ahora estoy en vos" o "Estoy en la puerta de tu casa."
Me susurraste al oido suavemente "¿Porque no nos sacamos una foto juntos?"
Le respondi:
_ " No, dejame aqui...lo mio es siempre estar al otro lado..."
Dispare unas veces mas, medi luces, medi semitonos, cambie de enfoque. Los numeros F bailaban en mi cabeza mientras la fotocecula de mi camara me daba un exceso de blanco, un fuerte destello, todo en cuestion de segundos.Mire, observe, desguste aquel visor buscando encuadres, componiendo imagenes, plasmando miradas, captando momentos.
Dispare varias veces hasta que mi Afga de 400 asas dijo "Basta no doy mas, ya fueron 36 veces...."
Desarme el montaje momentaneamente solo pensando y sintiendo como en mi mente quedaron aquellas imagenes.
Mi mate espumante, de calabaza con borde de metal recubierto de un cuero de llama cosido con tiento acepta mi mano para sentirlo mientras trato de comprender aquel gusto por las imagenes.
Es verdad, no puedo estar en una foto, no es que no me guste, prefiero observar como un maldito voyeur a traves del ojo de la cerradura, solo para satisfacer esos viejos vicios cargados de toque brillantes que la misma levedad del ser se encarga de decorar.
Me di cuenta que por ese sentido tan agudo, no me pierdo detalle, no pierdo de vista nada y como un tercer ojo o como un sexto sentido, algo se abre delante mio ante cada instante, en cada momento, un portal de colores o de grises, de noches o dias, de risas y llantos.
Observando pude ver aquella criatura de ojos cardon y piel adobe, reseca muerte de esperanzas punas, duendes caminantes dueños de las rocas y las estrellas.
Observando vi la tristeza oculta en la cara dura de aquella mujer, traida desde lejos, rodeada de sueños lejanos, de amores inconclusos, una coraza acorazada nacida de desengaños, desanimos lista para ocultar esos misterios como la misma caja de pandora.
Observando vi la alegria de un amigo por ser padre, de presentir aquella esperanza innata que se gesta en los interiores de su amada brillando como una luz amiga en estos horizontes.
Observando vi la inocencia de una hija creciente en mundos de fantasias y sueños, llena de sonrisas y amores sinsentido quizas por un caramelo o una muñeca, quizas algun globo o simplemente por la luz de la luna rebotando en sus rizos azabaches.
Observando divise a mi alrededor esos muertos vivientes caminando por doquier sin saber donde ir (o porque)
Observando vi risas vacias, peinados extraños, las rubias taradas y los pebetes franceses.
Observando vi el cielo, senti los aromas a poleo y menta, las brisas de otoño reflesjadas en las ojas secas.
Y observe.
Y Mire.
Observando y mirando.
¡Cielos!...
Observe en silencio mis pensamientos y fue entonces como empezo aquella sesion de fotos sin camara, solo con mi ojo interno tratando de captar "este momento", el momento que dice que observando aprendi de alguna manera a ser mas sensible, disfrutando de la compañia del silencio.
¿Como despreciar este preciado don?
Fue entonces que me pare delante tuyo, mirandote a los ojos, esperando que abras la puerta, que me hagas pasar, que me invites y que luego en tu interior, todo se transforme en un solo yo.
Mire atraves de esos ojos.
Me mire y me dije.
Que hermoso permanecer ahi, dentro tuyo, en tu casa, al calor de tu hogar, en las manos de tu alma, solo quiero mirarme por el resto de mis dias en tus ojos. Dejame viajar a donde sea a traves de ellos.
Fue ahi que abriste grandes tus ojos, me sonreiste.
Y al fin la puerta se abrio.
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